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Las otras crisis a las que sí sobrevivió Paul Stephenson
 
Periódico La Jornada
Lunes 18 de julio de 2011, p. 29

Paul Stephenson, hasta ayer el jefe de la corporación policial más importante de Gran Bretaña, reconocido recientemente con un título nobiliario por la reina Isabel II, es la primera cabeza política que rueda en medio de la hecatombe provocada por la crisis del imperio mediatico News Corp y sus cuestionadas prácticas de intervenir ilegalmente teléfonos particulares.

En 2008, un año después de la primera investigación policial sobre el espionaje que realizó el semanario sensacionalista News of the World entre 2003 y 2006, el ahora ex jefe de la policía metropolitana (Scotland Yard) trató de calmar el enojo desatado por la invasión a la intimidad de miembros de la familia real y celebridades del deporte y el espectáculo.

Ya es hora de que todos nos callemos y de que nos ocupemos de nuestros respectivos trabajos, sugirió Stephenson cuando comenzaba su misión al frente y en momentos en que todavía no se sabía que las comunicaciones de miles de personas habían sido intervenidas por periodistas del extinto tabloide.

Antes de encabezar el prestigiado cuerpo policial, Stephenson acumuló experiencia en la lucha contra la corrupción y en la lucha contra la subversión en Irlanda del Norte.

El primer obstáculo surgió cuando un policía británico empujó a un vendedor de periódicos, Ian Tomlinson, que por desgracia se acercó a un cordón policial en plena manifestación contra el G-20 en 2009. El hombre falleció y después de muchos recursos un policía fue incriminado apenas hace unos días.

Un año después, en noviembre de 2010, un grupo de jóvenes inconformes con la situación económica irrumpieron en la sede del gobernante Partido Conservador y los agentes de policía responsables de repeler las protestas fueron acusados de responder de manera laxa. Varios jóvenes interpusieron demandas judiciales contra la policía metropolitana por limitar sus derechos.

Al oprobio se añade un crimen de lesa majestad. La policía está acusada de haber dejado a los jóvenes gritar que le corten la cabeza cuando circuló cerca de su manifestación el Rolls Royce del príncipe Carlos, heredero de la corona, y su esposa Camila. El vehículo fue abollado, manchado de pintura y salió con un cristal medio roto.

Stephenson sobrevivió a las consecuencias de las manifestaciones, pero la crisis de News Corp acabó por arrollarlo.