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Tras ser alcanzado 2-2 por Holanda, el Tricolor hizo el gol de la victoria en la compensación

Perfecta primera ronda de México en el Mundial Sub-17

El portero Richard Sánchez detuvo un penal

El Volcán hizo erupción en apoyo a los seleccionados

El cuadro europeo brindó su mejor partido del torneo, pero se va eliminado

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Carlos Fierro festeja la segunda anotación de México ante HolandaFoto Notimex
Enviada
Periódico La Jornada
Sábado 25 de junio de 2011, p. a12

Monterrey, NL., 24 de junio. A pesar de que Holanda mostró su mejor cara en el Mundial Sub-17 tras dominar un vibrante y emotivo partido, en el que por momentos exhibió las carencias del Tri, se fue eliminada, arrastrando los pies, luego de caer 2-3 ante un México tocado por la fortuna, que cerró la primera ronda con marca perfecta de tres victorias.

Cuando Holanda por fin se parecía a la naranja mecánica y asfixiaba con su mejor juego mostrado a lo largo del Mundial a un inoperante equipo mexicano, apareció el desparpajo del zurdo Giovani Casillas, quien esta vez decidió resolver el embrollo con disparo de derecha.

El partido no defraudó las expectativas. El cuadro anaranjado antepuso su prestigio y la urgencia por sumar puntos, adelantó líneas y comenzó a exhibir al Tricolor, que pronto dejó de sentir lo duro, y frente al tupido ataque se resquebrajó.

Muy temprano comenzó el calvario para Richard Sánchez. Un disparo de Memphis Depay lo obligó a recostar en eficaz lance, los tiros de esquina que generó Holanda eran un sufrir ante la mayor estatura de los dirigidos por Albert Stuivenberg.

Hubo un arribo trompicado de Denzell Gravenberch, saques de banda, tiros y el resumen era claro: México estaba encajonado. Richard comenzaba a flaquear con balones que se le escurrían, pero que alcanzaba a recuperar milagrosamente.

La interrupción para que los jugadores se hidrataran fue un oasis para Raúl Potro Gutiérrez, quien convocó en torno suyo a los fatigados zagueros.

El milagro ocurrió en un avance de peligro insospechado: Carlos Fierro transitó por la derecha, centró para Giovani –quien hasta entonces muy poco se había notado– y el tapatío definió con sangre fría a la derecha del portero Boy de Jong. El Volcán estalló en festejos y los jugadores celebraron con abrazos, palmadas y gritos dándose ánimos.

El brío y la ilusión de los jugadores del país de los tulipanes fue brevemente a menos, pero pronto se rehicieron y Richard atajó con apuros un remate de cabeza picado en el que el balón se le atoró entre las piernas; enseguida el defensa Carlos Guzmán salvó, al desviar con la cabeza, para que la pelota se fuera por encima del larguero, después que el portero la no pudo contener.

Los pupilos del Potro no eran los mejores sobre el campo de juego, pero de nuevo fueron contundentes y aumentaron la cuenta al minuto 42, gracias a Carlos Fierro, quien recibió un servicio desde la izquierda, su marcador se fue en banda y el delantero de Chivas definió de zurda con tiro al centro, mientras el portero De Jong se venció a la derecha.

El timonel holandés hizo un segundo cambio para el complemento, con el ingreso de Nathan Ake, y fue Memphis Depay quien se encargó de acortar distancias, al minuto 47, al cobrar un tiro libre que picó antes de incrustarse en la meta del atribulado Richard, portero del FC Dallas.

La presión del rival era creciente. El Tri juvenil se salvó gracias a la ansiedad de los atacantes holandeses que se estorbaban, pero el silbante Carrillo –sin hacer caso a la lluvia de insultos y rechiflas– marcó la pena máxima cuando Guzmán, en el suelo, detuvo el balón con la mano. Sin embargo, Richard hizo afortunado lance a la izquierda y contuvo el tiro de Anass Achahbar.

El grito en el Volcán fue unánime: ¡Portero, portero!; no obstante, Holanda estaba jugando por su vida y la tensión volvió a instalarse en las tribunas. La gente enmudeció al minuto 62, cuando Kyle Ebecilio, jugador del Arsenal, avanzó por el centro y definió con un flechazo a ras de pasto, que entró cerca del poste derecho.

La batalla era fragorosa, los europeos no daban tregua y México se salvó providencialmente en una arremetida de Terence Kongolo, cuando Richard achicó, el balón se le estrelló en una pierna y perdió la dirección de gol. Un par de minutos después Francisco Flores desarmó con impecable barrida a Depay.

Todo ese bombardeo a cambio tan sólo de un cabezazo de Fierro que se escurrió cerca del ángulo superior izquierdo de la meta de Boy de Jong, quien por cierto fue el blanco perfecto para el desfogue de la afición, que a cada despeje no le perdonó el estentóreo grito de ¡puuuto!, y luego cerró entonando el Cielito lindo.

La fortuna se pintó de verde cuando ya en tiempo de compensación José Tostado arribó por la derecha y centró hacia Arturo González, quien definió perfecto para poner el 3-2. Al final, la llamada mejor afición de México aclamó a sus consentidos: “¡Potro, Potro!” y “¡Portero, portero!”