Lisboa, 20 de noviembre. Los líderes de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) aprobaron este sábado en la cumbre que celebran en Lisboa una estrategia de retiro en Afganistán, basada en ceder el control de la seguridad a las autoridades locales entre 2011 y 2014, así como examinar la cooperación con Rusia de un escudo antimisiles para defender a Europa de un eventual ataque.

Hemos lanzado el proceso para que los afganos recuperen el control en su propia casa, declaró el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, al término de una reunión histórica de los 28 países miembros a la que fue invitado el presidente de Afganistán, Hamid Karzai.

A medida que se traspase el control de la seguridad distrito por distrito, las tropas extranjeras se irán retirando. Estados Unidos tiene previsto empezar a reducir su presencia en julio de 2011.

Pero los líderes de la OTAN quisieron dejar claro que el plan no supone una retirada total o sistemática del contingente extranjero.

Nos quedaremos luego de la transición con un papel de apoyo, dijo Rasmussen, tras suscribir con Karzai un acuerdo a largo plazo entre la OTAN y Afganistán cuya validez se prolongará después de la misión de combate.

Afganistán fue invadido por Estados Unidos el 7 de noviembre de 2001 –en respuesta a los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y Washington– para derrocar el régimen talibán luego que se negó a entregar al líder de Al Qaeda, Osama Bin Laden, autor intelectual de los ataques.

La Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF) de la OTAN está integrada por los 28 países miembros de la alianza. Al menos 2 mil 200 soldados perdieron la vida en combate desde 2001, de los cuales 654 murieron desde enero de 2010.

Está previsto que en julio las primeras provincias afganas comiencen a asumir el control de la seguridad de manos de la ISAF.

Después del anuncio hecho por la alianza atlántica los talibanes indicaron que la OTAN está condenada a la derrota en Afganistán. En un comunicado, los rebeldes dijeron que está claro que después de nueve años de ocupación, los invasores extranjeros están condenados a la misma suerte que la de aquellos que siguieron la misma vía antes.

Por otro lado, la OTAN y Rusia acordaron examinar una cooperación en un escudo antimisiles para defender Europa de un eventual ataque extracontinental.

Al recibir al presidente ruso Dimitri Medvediev, Rasmussen saludó lo que describió como un punto de inflexión histórico en las relaciones, a menudo tensas, entre Moscú y Occidente.

Rasmussen precisó que la idea es que los sistemas europeo y ruso funcionen de forma separada, pero cooperen intercambiando información para estar más alerta sobre una eventual amenaza.

Los líderes de la OTAN acordaron el cierre de algunas de sus 11 sedes y un recorte de 5 mil personas, pero postergaron el debate sobre cuáles se verán afectadas hasta el próximo año.

De forma paralela, miles de personas se manifestaron en Lisboa contra la reunión de la alianza atlántica y varios de ellos se encadenaron a unos cuantos metros de lugar donde tenía lugar la cumbre de la OTAN. La policía arrestó a 42 manifestantes sin que se registraran disturbios.