Opinión
Ver día anteriorDomingo 3 de mayo de 2009Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Ciclopistas (y no de hielo)

Desde otras ciudades
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Los fanáticos de la bicicleta luchan contra las inclemencias del clima en MoscúFoto Juan Pablo Duch
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oscú. Con el paso de la primavera, y ante el impacto negativo de la crisis sobre los precios de la gasolina, las autoridades de la capital rusa comenzaron a promover el uso de la bicicleta como solución parcial a la contaminación ambiental y a los embotellamientos, el doble precio que pagan las grandes urbes por tener automóviles en exceso.

El largo invierno en Moscú, a diferencia de lo que sucede en otras capitales con más favorables condiciones climáticas, no permite utilizar el vehículo de dos ruedas todo el año, aunque hay entusiastas que sí lo hacen y hasta se las ingenian para mantener el equilibrio en calles convertidas, por momentos, en auténticas pistas de hielo.

Construir más ciclopistas (y no de hielo) es el compromiso que anunció el alcalde Yuri Luzhkov, convencido de que, al menos durante el verano y parte de la primavera y el otoño, la bicicleta puede ser una alternativa eficaz a la congestión vehicular, sobre todo en el centro de la ciudad.

Así lo confirma un reciente experimento, encargado por la alcaldía. Se pidió a cuatro personas realizar a la misma hora idéntico recorrido de la calle Piatnitskaya al jardín de Bauman –más o menos cinco kilómetros en línea recta–, de cuatro formas: en coche, en trolebús, en patines de ruedas y en bicicleta.

El automovilista tardó en llegar 70 minutos; el pasajero del trolebús, a pesar de que el transporte público tiene reservado un carril especial (por lo común, obstruido), 44 minutos; el patinador, 27 minutos, y el ciclista alcanzó la meta en 16 minutos.

Apenas el año pasado se inauguró la primera ciclopista de la capital rusa, de tan sólo dos kilómetros y medio. Muy poco, si se compara con los 131 kilómetros de ciclovías en operación en la ciudad de México.

Por lo pronto, están en construcción otros 15 kilómetros de ciclopistas en Moscú, pero no en las zonas de mayor saturación vial, sino en seis parques, para que la gente le vaya tomando el gusto a la bicicleta y, como beneficio adicional, se logre disminuir el sedentarismo entre los moscovitas.

Juan Pablo Duch, corresponsal