.. | México D.F. Domingo 31 de octubre de 2004
El viernes se estrena la película Mónica
y el profesor, que marca su debut como cineasta
Un actor mejora mientras más géneros
toque: Héctor Bonilla
Participa en las obras Histeria y El teniente
y lo que el gato se llevó, y dirige En retirada No
soy una garantía, pero el espectador debe saber que salgo a dar
mi función con todo, afirma
JORGE CABALLERO
El actor, cineasta, guionista e impulsor cultural, Héctor
Bonilla, estrenó el pasado miércoles, en el Teatro Helénico,
la puesta Histeria, donde encarna a Sigmund Freud y su encuentro
con el pintor surrealista Salvador Dalí. El lunes anterior también
vio la luz la obra En retirada, la cual dirige en el Foro Shakespeare;
además está trabajando en El teniente y lo que el gato
se llevó, bajo la dirección de José Caballero
y el próximo viernes estrenará la cinta Mónica
y el profesor, su debut como cinerrealizador.
"No hay que salir al escenario a hacer el trabajo en pantuflas,
porque es una falta de respeto, ya no al público, sino a uno mismo,
es inadmisible, pero eso también lo va enseñando la vida,
se siente uno mal, un traidor, un fraude. Siempre hay que dar el 200 por
ciento en cada función", dice Bonilla sobre el trabajo actoral.
Héctor
Bonilla, quien es considerado uno de los grandes actores de México,
ha hecho cine, televisión y teatro en los poco más de 40
años de carrera, trayectoria que comenzó a los 14 años,
y lo mismo ha filmado cintas como Rojo amanecer, El bulto y Meridiano
100 que participado en melodramas como La vida en el espejo, Viviana,
Paloma, Soledad y La pasión de Isabela, entre otras.
En las tablas ha participado en 119 montajes, al lado de grandes actores,
directores y llevando a escena a los autores más consagrados.
El actor reflexiona sobre su propio trabajo y figura:
"Me han preguntado si yo soy una garantía, les digo que no, eso
es una enorme desmesura, una pretensión. Lo que sí creo que
mi tendencia es influirle al espectador la confianza de que salgo a dar
mi función con todo".
Bonilla considera: "Un actor es mejor actor mientras más
géneros toque, mientras más diferentes sean sus papeles,
sin dejar de reconocer que hay actores que hacen un sólo papel toda
su vida, porque se adapta a su personalidad. Me he enseñado a adquirir
el oficio, pero también sé que el oficio se conjuga con el
aprendizaje que da la vida, uno se va formando sicológica, política,
ideológica y hasta sociológicamente, y claro, lo aplica uno
al trabajo en un momento determinado".
Sobre su intensa actividad, dice carecer de tiempo para
llevar a cabo todos los proyectos que tiene, en los que el teatro y el
cine tienen un lugar especial. ''¡Tengo miles! Quisiera llevar más
teatro histórico a toda la República'', comenta.
En los dos montajes en los que participa interpreta a
Sigmund Freud en Histeria, y al padre de un terrorista irlandés
en El teniente..., además de dirigir a su esposa Sofía
Alvarez y a su hijo Sergio en la obra En retirada. El menciona:
"Esto de hacer dos géneros tan distintos es un reto, Freud es un
personaje con determinadas características, me tuve que meter en
él, en su piel, me costó trabajo porque es muy difícil,
pero también porque lo tengo que alternar con este padre del terrorista
en el que ahora me estoy metiendo''.
No recuerda con precisión los años que lleva
en la actuación, "pero son más de 40''. Bonilla recuerda:
"Todos mis hermanos eran buenos estudiantes y profesionistas, todos primeros
lugares y yo no daba una en química, física y matemáticas,
lo que me hacía un muchacho muy acomplejado. Un día, mi maestra
de lengua y literatura españolas me subió al auditorio de
la escuela a leer un fragmento de un poema de Lope de Vega y fue una revelación,
la gente se reía o se callaba cuando yo quería, en ese momento
me di cuenta que esto era lo mío, a los 15 años. En la preparatoria
incursioné en el teatro universitario, y después me inscribí
en Bellas Artes, al mismo tiempo que estudiaba la carrera de Derecho en
la UNAM, donde desarrollé un amor completo y apasionado por el teatro,
al que le he dedicado la vida misma".
De En retirada, autobiografía familiar original
del guionista y dramaturgo inglés William Nicholson, donde hace
un retrato de la relación marital entre su padre y su madre, Bonilla
mencionó: "La puesta trata de ese fraude que nos juega la vida,
nos casamos a los 20 años y ese amor se va gastando, de manera que
en la relación los amantes sufren cambios que parecen imperceptibles,
pero que la van minando, hasta llevarla al final. Hay una decantación
en la relación de pareja, se ha olvidado el amor y queda sólo
el hartazgo que también es sufrimiento, pero además vemos
lo que ocurre en la cabeza del hijo que llega a los 30 años y comienza
a ver lo que pasa entre sus padres''.
Sobre Mónica y el profesor, dedicada al
conductor Enrique Aguilera, quien participó en la cinta y días
después falleció, así como al periodista Carlos Payán,
Bonilla dijo: "Se trata de una película muy divertida, con situaciones
que provocan hilaridad, no obstante que hace referencia a la inseguridad
y tiene matices políticos, ya que habla de cómo la sociedad
mexicana está atrapada en corrientes ideológicas de derecha
e izquierda''.
El histrión agregó: "No creo que sea una
película hecha para intelectuales, sino para que los mexicanos se
sientan incluidos y conectados con una trama real''.
La película está protagonizada por María
Rebeca, Víctor Trujillo y Nacho Méndez, está basada
en una obra original de este último y se montó anteriormente
en teatro.
Acerca de la trama de la película donde una chica
burguesa y un profesor socialista conviven 22 días al ser plagiados,
sostienen una constante lucha de ideas, y al final ambos sacan lo positivo
de cada uno, el director cuestionó: "¿Por qué no podrían
hacer los partidos políticos lo mismo?''; pero también lamentó:
"Desgraciadamente no tengo mi Serrano Limón para armar un escándalo
que despierte la ambición de los distribuidores y exhibidores y
así garantizar un éxito rotundo''.
|