México D.F. Domingo 4 de abril de 2004
Las razones: presupuestos insuficientes, cobro
de cuotas y discriminación
En el mundo, 130 millones de niños excluidos
de la educación: ONU
CLAUDIA HERRERA BELTRAN
La educación es inalcanzable al menos para 130
millones de niños en el mundo, debido a los insuficientes presupuestos
de los gobiernos, el cobro de cuotas y la discriminación, afirma
un informe de la relatora especial de la Organización de Naciones
Unidas (ONU) sobre el Derecho a la Educación, Katarina Tomasevski.
La
relatora, quien el año pasado hizo fuertes críticas al gobierno
mexicano por incluir en las cifras del gasto nacional educativo las aportaciones
de la iniciativa privada y por la "mercantilización" de la enseñanza,
presentó su más reciente informe anual ante el Alto Comisionado
de la ONU para los Derechos Humanos, donde llama la atención de
los gobiernos por dejar fuera de las aulas a los niños pobres, que
son los que más necesitan estudiar.
Estadísticas globales citadas en un resumen del
documento, dado a conocer el 31 de marzo pasado, indican que entre 100
y 130 millones de niños están fuera de las escuelas (en el
caso de México, la SEP reconoce que son 2 millones), aunque se desconoce
el número exacto, porque se trata de infantes cuyas familias tienen
escasas oportunidades de reclamar su derecho a la educación.
El documento en el que Tomasevski se pregunta si hay educación
para todos o sólo para quienes pueden pagarla resume los hallazgos
de seis años de investigación sobre el estado de la educación
primaria en el mundo y concluye que no es gratuita en 90 países,
que representan casi la mitad.
Señala que en 11 países de América
Latina la educación primaria se cobra, pero no menciona a México
entre ellos. En este grupo también están 38 países
de Africa, 19 de Asia, 14 de Europa del Este y Asia Central, y ocho de
Medio Oriente y Africa.
La relatora señala que los nueve años de
educación obligatoria se han convertido en norma en la Organización
para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, mientras
que en Africa el promedio de escolaridad sólo es de tres a cinco
años.
"Lo lógico de esperar es que la educación
elimine la pobreza, mientras los pobres son excluidos y por tanto se hace
necesario el reconocimiento y la acción urgente en favor de estos
niños", dice.
Explica que tenemos 83 años de viejas normas legales
internacionales que obligan a los gobiernos a brindar educación
gratuita y obligatoria, pero el problema es que la educación no
puede ser obligatoria a menos que sea gratuita.
Tomasevski señala: "En virtud de la normativa de
derechos humanos, los gobiernos tienen la obligación de financiar
adecuadamente la educación para que los niños no deban pagar
por su escolarización ni se les prive de ella por falta de recursos
(...) Las consecuencias de negarles la educación en su periodo de
crecimiento no se pueden reparar retroactivamente".
Dice que los derechos de matrícula suelen abarcar
la inscripción, la enseñanza y los exámenes. En los
casos en los que es gratuita se cobran tasas por la utilización
de instalaciones y el material didáctico (laboratorios, computadoras
o equipo deportivo), por las actividades extraescolares (excursiones o
deportes) o, en general, para complementar los sueldos de los maestros
o el mantenimiento de la escuela.
Además de los cobros escolares bajo formas diferentes,
entre los gastos directos que hacen los padres están el costo de
los libros de texto (donde no son gratuitos), útiles escolares,
comidas y uniformes. "Estos gastos pueden ser prohibitivamente altos e
impedir que los niños se matriculen o terminen sus estudios", agrega.
También se queja de que la ayuda internacional
para la educación, estimada en mil 450 millones de dólares
anuales para la enseñanza primaria, es minúscula, mientras
que la destinada a los otros niveles de educación corre el riesgo
de desaparecer totalmente.
Considera que el proceso de descentralización de
los servicios educativos "puede agravar la desigualdad en el disfrute del
derecho a la educación al traspasar a las comunidades o familias
locales pobres la responsabilidad de financiar la educación".
Explica que en muchos países la descentralización
ha consistido en que los ministerios han podido deshacerse de obligaciones
no deseadas traspasándolas a organismos descentralizados sin facilitarles
los recursos correspondientes.
"Hacer responsable a las familias y las comunidades del
financiamiento de la educación aumenta las diferencias entre ricos
y pobres", advierte.
A partir del informe de Tomasevski, el tema del derecho
a la educación podría dejar de tratarse en la oficina de
la ONU. En un escrito enviado en noviembre de 2003 a ese organismo manifestó
su inconformidad porque sigue trabajando sin ayuda alguna y los fondos
propios que ha invertido para llevar a cabo su mandato superan los 18 mil
dólares. Además, recomendó que "no se renueve el mandato
sobre el derecho a la educación".
|