Guillermo Almeyra

Kirchner y la derecha argentina

Una enorme manifestación frente al Congreso y a la Casa Rosada, así como otras, también grandes, en algunas capitales provinciales en protesta por el secuestro y asesinato de un joven rico y por la inseguridad están siendo manipuladas por la derecha argentina en su proceso de reorganización y de ofensiva política antipresidencial.

El verdadero "partido" de esa derecha (el diario La Nación) no vaciló en movilizar a uno de los descendientes del fundador de ese periódico ultracentenario de la oligarquía ganadera para sostener que la manifestación fue contra el presidente. Los demás medios, también en manos de la derecha, se sumaron a la jauría.

En realidad, a la marcha también fueron muchos familiares de secuestrados o muertos por una policía provincial de Buenos Aires heredada intacta de la dictadura y profundamente ligada con la mafia narcotraficante. Protestaron, como el mismo padre del asesinado, contra esa alianza infame. También asistieron sectores populares que quieren por eso menos policía, pero la voz cantante la tuvieron los que pidieron jueces y leyes represivas más severas, así como más medidas policiales.

El clásico conservadurismo de parte importante de las clases medias está siendo utilizado, agitando la opinión pública por radio, televisión y prensa escrita, para una maniobra golpista: Néstor Kirchner sería izquierdista, ex montonero, su entorno sería izquierdista, sus medidas contra los genocidas alentarían "a los delincuentes y subversivos", el nombramiento de jueces progresistas y garantistas estimularía los delitos, la limpieza en las fuerzas armadas debilitaría "las fuerzas morales del país".

Hay que ligar a esta jauría golpista mediática con la lucha sorda entre Kirchner y la derecha: haber declarado Museo de la Memoria algunos campos de concentración y de asesinato masivo (la Escuela de Mecánica de la Armada -Esma- y un centro policial de automotores) y haber quitado del Salón de Honor del Colegio Militar los retratos de los dictadores y genocidas Videla y Bignone (a los que la Constitución califica, en su calidad de golpistas, de "infames traidores a la patria", pero los militares siguen venerando) ha creado una fuerte resistencia clandestina de las fuerzas armadas (que protestan porque se mantiene el indulto menemista a los líderes montoneros).

Las compañías extranjeras (gas, electricidad, petróleo, fundamentalmente) sabotean y organizan cortes de energía porque el gobierno resiste y posterga el aumento de tarifas que piden estos chupasangre. El alto comando militar de Estados Unidos declara por su parte que el país es peligroso para la seguridad nacional estadunidense "por su alianza con Brasil, por la existencia en la triple frontera -entre Paraguay, Argentina y Brasil- de nutridos grupos de terroristas islámicos y porque está lleno de gente de Al Qaeda" (de modo que Kirchner sería un Saddam Hussein potencial).

La derecha en un primer momento se apoderó del congreso del Partido Justicialista (PJ) y de los puestos de dirección del mismo, y atacó al grupo kirchnerista acusándolo de izquierdista y traidor, pero después fue desarmada por la contraofensiva de la Casa Rosada, con el resultado de que el PJ no es ahora ni de los tirios ni de los troyanos, pero es siempre un aparato clientelar y mafioso, con sus lazos con la policía y la delincuencia, sobre todo en la provincia de Buenos Aires, la del gobernador Solá y el ex gobernador y presidente Eduardo Duhalde.

Kirchner ha intervenido la provincia de Santiago del Estero, donde la familia gobernante hacía seguir a más de 30 mil personas -entre ellas el obispo-, asesinó a sus opositores, dio a comer a los perros y fieras de su zoológico particular los restos de una joven muerta por sobredosis de droga en una de las fiestas negras de los potentes locales. Por eso aparece ahora como violador de la soberanía de los gobernadores, especie de barones feudales locales. Por si fuera poco, en la propia provincia de Santa Cruz, los sindicalistas petroleros corruptos que ni pestañearon por la privatización del petróleo inician ahora, montándose sobre las necesidades legítimas de los trabajadores, un paro por aumentos de salarios (apoyando así, de paso, las exigencias de la patronal española de que aumenten las tarifas energéticas).

Esta es la derecha real que se mueve contra un gobierno sin brújula, sin apoyo organizado, que resiste como puede sin un plan propio y, en el campo de la seguridad, débilmente intenta desviar la ira popular contra las autoridades duhaldistas bonaerenses. Esta es también la hora elegida por un locuaz sociólogo estadunidense autonombrado gurú que acaba de dictaminar, nada menos desde Argentina, que Kirchner es la derecha neoliberal y se prepara para reprimir masivamente; que Evo Morales es el verdadero enemigo, por su conciliación con la derecha, de los trabajadores bolivianos, y que el posible gobierno del Frente Amplio en el Uruguay aplicará también una política neoliberal derechista. (Quien no crea a sus ojos, que se tome el trabajo de leer estos "aportes" en la revista web Rebelión.)

Hay gente que ve todo en blanco y negro y tiene vida fácil, porque todos los burgueses son iguales y ultraderechistas, mientras la izquierda no tendría presencia simplemente a causa de los "traidores" que siempre engañan a un pueblo que, sin embargo, es siempre inteligente y perspicaz. ƑSaldremos algún día de las cavernas prehistóricas?