REPUBLICA DE PANTALLA

Jenaro Villamil

Telebasura en España, la resistencia al cambio

El retorno de un guión de chismes y subinformación Los cambios en la BBC

EL HALLAZGO DE 12 kilos de la misma goma explosiva que provocó la tragedia del 11-M en la línea ferroviaria del sistema AVE español volvió a cimbrar esta semana a la opinión pública europea y a recordar en el viejo continente que las "células durmientes" de Al Qaeda han despertado para desafiar la seguridad y las estructuras políticas de esa región. La reacción de las grandes cadenas televisivas, en especial las españolas, documenta la incapacidad para acusar el golpe mediático provocado por los nuevos desafíos civilizatorios del terrorismo y de sociedades que condenan las mentiras políticas teledirigidas. En plena incertidumbre frente al cambio, los consorcios televisivos han retornado al mismo guión prestablecido de la telebasura, el cotilleo y la subinformación heredado del modelo aznarista de comunicación, quizá apostándole a que en los cuatro días que conmovieron a España el consumo televisivo se disparó hasta alcanzar una media de 239 minutos por persona, más de cuatro horas diarias, que representó un crecimiento entre 9 y 7 por ciento para cadenas como la pública TVE y la privada Telecinco.

EL INTENTO DE UNA nueva gran masacre ocurrió 22 después de los atentados en Madrid que generaron un brote de ansiedad informativa, a poco más de dos semanas del cambio político que protagonizaron los electores españoles (algo que para José María Aznar parece ser tan sólo un "contratiempo", según sus declaraciones en la cadena radiofónica COPE), el mismo día que se instaló la octava legislatura que acompañará al nuevo gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero (escasamente cubierto por los teleinformativos).

A PESAR DE ESTOS ingredientes, la televisión española, encabezada por la propia empresa pública TVE y por los consorcios privados de mayor audiencia, Telecinco y Antena3, se replegaron esta semana a un guión prestablecido como si también para ellos el 11-M y el 14-M fueran sólo "contratiempos" informativos, "eventos extraordinarios" que deben dar paso a la misma receta de siempre: más telebasura y más justificaciones del gobierno en funciones.

PARA MUESTRA, BASTAN los siguientes ejemplos:

1. LOS TELEINFORMATIVOS le dieron un espacio destacado a la presentación del libro de Ana Botella, esposa de Aznar, Mis ocho años en la Moncloa. Con aroma apolillado, la elite del PP se reunió en un hotel de la Carrera de San Jerónimo para escuchar a la señora Botella lanzándose a un nuevo intento de reivindicación de ocho años de autismo y de soberbia matizada como espectáculo doméstico de la esposa fiel, reinventada como escudera política de su marido. Inevitable hacer el paralelismo con el mismo papel que interpreta Marta Sahagún en México. Botella también recrea el protagonismo de la esposa-cómplice que, por esa misma condición, se transforma en un actor político dentro del imaginario de la derecha electrónica. La condición privada mezclada con el discurso público para proseguir con la defensa de un modelo. Y sus dichos y hechos no se contraponen con la necesaria mesura después de la tragedia, sino que sirven para la ronda de justificaciones mediáticas. "Me importa mucho preservar la honorabilidad de mi marido, que ha sufrido unos ataques fuera de lo común", "el comportamiento de algunos medios de comunicación ha sido brutal", "nunca imaginé el modo en que se ha pretendido destrozar a mi marido", fueron algunas de las frases más difundidas por la televisión y los medios afines al aznarismo. De tal forma, se evitan las responsabilidades en el manejo informativo del 11-M. Ahora resulta que Aznar fue la "víctima" de los acontecimientos.

2. EN PARALELO, LOS programas de mayor audiencia en la pantalla española se concentraron en la final del Gran Hermano Vip (Telecinco). Se consumieron varias horas de tiempo aire de la programación en presentar a los finalistas, las escenas de voyeurismo exprés en la bañera o en los dormitorios y para presentar a la sexy Marlene, la triunfadora, cuya prefabricada actitud de liberalismo sexual sirvió de pretexto para revivir los clichés de la mujer-objeto, de la "francesa" que es como una máquina de seducción "roba-maridos" (de eso se alimentaron programas como Día a día o el popular de Crónicas marcianas). Y, claro, como el rating no debe ser derrotado por el zapping, los productores idearon ya el posreality show, es decir, los sucesos posteriores al concurso. Se ha generado el escándalo de una de las concursantes (también mujer, por cierto) que fue videograbada en escena de presunto lesbianismo. De esta manera, la ficción de un reality show se convierte en polémica teledirigida para empachar a una audiencia bombardeada por más telebasura después de los comicios del 14 de marzo. Y eso que TVE no ha contratado a Carlos Ahumada y sus escabrosos videos corruptores, una técnica de escándalo político que también se conoce en España desde hace ocho años.

3. LOS RUMORES SIN consecuencias políticas revivieron también en el cotilleo televisivo. El más singular es el que ya es conocido como "el revuelo de las misses" (de nuevo, la mujer como objeto de escarnio mediático). A partir de supuestos rumores de que la nueva Miss España "compró" el cetro, se han producido mesas de debate con las otras concursantes para gritar, acusar, especular y exhibir una misoginia patética. Por supuesto, el "revuelo de las misses" permite silenciar veladamente la polémica no cerrada sobre la manipulación informativa del gobierno aznarista tras los atentados.

4. OTROS CARAMELOS DE la telebasura bordan sobre el sensacionalismo o la sensiblería, como la del bailaor Juan Manuel Fernández Montoya, el Ferruquito, que derramó telegénicas lágrimas en su bello rostro andaluz durante una conferencia de prensa para pedir perdón por ocultar que el 30 de septiembre atropelló y mató en forma imprudencial a un transeúnte de 35 años. Ferruquito ha pronunciado las palabras que nunca se escucharán de José María Aznar: "Hasta que me muera no me libraré de esta tragedia", y "estoy dispuesto a asumir lo que sea. Es hoy y aún no sé lo que pasó ese día".

5. Y PARA ACOMPAÑAR EL reinado de la telebasura evanescente, ya se prepara el próximo gran espectáculo: la transmisión de la boda del príncipe Felipe y de Letizia Ortiz el 22 de mayo, todo un acontecimiento mediático que conjugará a 600 cadenas de todo el mundo y será coordinado por el actual director de programas de TVE, Javier Montemayor. Según sus declaraciones a la prensa, preparará "una película para la historia". Siempre y cuando los vientos del cambio político y la crisis interna de la propia TVE después de su censura informativa no deparen otra cosa en España.

POR LO PRONTO, CRECE la demanda de crear un consejo audiovisual con poder sancionador y que le dé al parlamento el control de las dos principales cadenas televisivas públicas: TVE y Telemadrid. Según un estudio de la Academia de las Ciencias y Artes de la Televisión, 90.4 por ciento del sector audiovisual español respalda la creación de este consejo, 82.7 por ciento demanda que sea independiente de cualquiera de los partidos gobernantes y 76 por ciento opina que su creación es urgente.

FRENTE A LA CRISIS de la gran cadena televisiva pública nacional, las cadenas públicas autonómicas han crecido, apostándole a una cobertura más cercana con su audiencia y "con mayor espíritu público". El caso más significativo es el de la catalana TV3, que recuperó en marzo la cuota de pantalla (21.1 por ciento, 13 por ciento más que en febrero) frente a la cadena privada Telecinco. Según su director, Francesc Escribano, la solución para este tipo de televisión "no pasa por acercarse a la indignidad y la inmoralidad. Las modas van y vienen y nosotros debemos seguir una línea más estable".

Nuevo presidente de la BBC

DESPUES DE LA SEVERA crisis provocada por el informe del juez Hutton y el enfrentamiento con el gobierno de Tony Blair al calor del caso Kelly, que derivó en la renuncia de Gavyn Davies, el consorcio radiotelevisivo más poderoso de Europa, la BBC, estrenará un nuevo presidente responsable. Michael Grade, nombrado el pasado viernes, es el primero que proviene del mundo comercial, ya que fue consejero delegado Canal 4 de la televisión privada, famoso por ser el introductor de algunos programas de telebasura en Gran Bretaña.

GRADE TAMBIEN SE impuso a Peter Mandelson, una amigo personal de Blair.

GRADE SE INICIO A los 17 años como periodista deportivo de Daily Mirror y es sobrino de Lew Grade, el hombre que transformó la industria del cine y de la televisión en Gran Bretaña después de la Segunda Guerra Mundial. Grade presume de no pertenecer a ningún partido político, aunque sus críticos señalan que él ha sido el promotor de la telebasura de Canal 4 y mantiene conflicto de intereses por ser la cabeza de la compañía First Leisure, un imperio de discotecas, bares y otras industrias del entretenimiento, y presidir los estudios de cine Pinewood-Shepperton.

GRADE ASUMIRA LA presidencia de la BBC en mayo. Ante los medios británicos se comprometió a defender la autonomía "editorial" de la mítica cadena pública, de defender el sistema de licencia pagada por los contribuyentes y replantear el papel de los gobernadores de la BBC para que haya "más separación entre el ejecutivo y los gobernadores". El desafío mayor, por supuesto, será recuperarse del desprestigio provocado por el caso Kelly y mantenerse como un contrapeso informativo con credibilidad frente a la aventura bélica de Blair y Bush.

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