Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Domingo 2 de junio de 2002
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Sociedad y Justicia

La presión de la STPS en la negociación, determinante para concluir al paro de 6 horas

Se levanta breve huelga en Aeroméxico; logran sobrecargos alza salarial de 5.5%

El despegue de varias aeronaves puso en riesgo la legalidad del movimiento, según el líder de ASSA

FABIOLA MARTINEZ Y TRIUNFO ELIZALDE

Los sobrecargos de Aeroméxico protagonizaron la madrugada de ayer una huelga peculiar que se prolongó seis horas con 20 minutos, aunque en los hechos el paro fue parcial porque se permitió el despegue de al menos tres aeronaves.

Esta situación, según reconoció el propio líder de la Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación (ASSA), Arturo Aragón Sosa, puso en riesgo la legalidad de la huelga, hecho que se agregó al desorden y contrariedad que dominó al filo de la medianoche entre los líderes sindicales y sus representados. A las 00:03 de este sábado -tres minutos después del plazo límite- Aragón insistía vía telefónica desde la oficina del titular de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), Carlos Abascal: "compañeros, quizá sea necesario estallar".

El secretario general de la ASSA admitió al amanecer que funcionarios de la STPS y los representantes de la aerolínea no le permitieron retirarse ni un momento de la mesa de negociación "vaya, ni para ir al baño... nos presionaron un poquito, claro de buena voluntad, para solucionar el conflicto".

De acuerdo con información del sindicato debieron suspenderse seis vuelos en las primeras cuatro horas de huelga y era obligatorio que los mil 504 sobrecargos de Aeroméxico interrumpieran labores en punto de la medianoche, pero ante "rumores" de que ya se había alcanzado un acuerdo en la STPS, las autoridades aeroportuarias permitieron la salida de algunos aviones de Aeroméxico.

En este ambiente, los sucesos previos y posteriores a la hora formal del estallamiento evidenciaron también la división interna que prevalece en este gremio entre aquellos identificados con la ex líder de ASSA, Alejandrahuelga_aero_s01 Barrales, y los que impidieron la reforma estatutaria para que la diputada perredista con licencia pudiera relegirse por segunda ocasión al frente de este gremio.

El gobierno cumplió su promesa de no aplicar la requisa, figura utilizada en episodios anteriores para romper las huelgas con el argumento de "garantizar la continuidad en la prestación de los servicios y no afectar importantes sectores de la economía".

Pero la autoridad laboral no se condujo con la misma rigidez que en otros movimientos, como la pasada huelga de trabajadores de Volkswagen, declarada ilegal por haberla estallado, según la versión de la empresa, un minuto después del plazo legal.

En esta ocasión la STPS apresuró la negociación para terminar en unas cuantas horas con el conflicto mediante un incremento de 5.5 por ciento al tabulador (salario) y 1.1 por ciento en diversas prestaciones. "El gobierno de la República subraya la importancia de la negociación como única vía para resolver cualquier conflicto laboral", señaló el STPS.

šHay que estallar!

La confusión y fricciones entre los sobrecargos -que Aragón calificó como "nerviosismo y diferencias naturales"- se inició en la asamblea previa al estallamiento en la que se fijó un "tope de negociación" de 5.5 por ciento directo al salario y 2.5 por ciento en prestaciones.

Cerca de las 15 horas los tripulantes se dijeron "dispuestos a todo" en ánimo de romper el tope fijado por la empresa de 5.12 por ciento global: "no podemos aceptar esa cifra, es ridícula y una burla para nuestra asociación".

Los llamados barralistas y sus opositores dijeron entonces que había una "tregua" para tratar de unificar al gremio en los momentos en que la empresa bajó incluso su oferta como forma de presionar a la dirigencia.

Como en los años anteriores (1998, 2000 y 2001) en que se alistaban para estallar una huelga, los sobrecargos fueron llenando poco a poco el auditorio de la sede sindical en espera de una comunicación de su dirigente, vía celular o por radio.

Fue hasta las 23:50 horas que los ánimos se caldearon y empezó la gritería: šhay que estallar! šque Arturo se retire de la mesa! Entonces el presidente de la mesa de debates hacía esfuerzos por llamar al orden mientras que apenas se escuchaba la voz del dirigente: "La STPS espera la propuesta final por parte de la empresa, probablemente hay que hacer el estallamiento".

La respuesta en la asamblea fue unánime: šNoooo! Seis minutos después volvió a escucharse la voz de Aragón tratando de explicar que era un trámite necesario, pero los sobrecargos parecieron no entender. Después fueron cuatro minutos de silencio y, en punto de las 24 horas los sobrecargos exigían una votación que nunca llegó. Minutos más tarde aún entre rechiflas e insultos de todos contra todos, la mesa de debates trataba de hacerse escuchar: "el secretario general pide una decisión de si estallamos o no la huelga".

šNo llegamos hasta aquí para perder el tiempo! šestallen idiotas, son nuestros empleos!, se escuchaba desde la puerta lateral del auditorio. šCálmense, escúchenme, por favor escuchen!, clamaba el presidente de la mesa, aunque la única respuesta fue más desorden e incluso un grupo furioso que pedía el ingreso de los reporteros al tiempo que otros empujaban a los camarógrafos de televisión hacia fuera. šTodos sabemos que la huelga no es legal!, Ƒdónde está el acta del acuerdo de asamblea a favor de la huelga?, Ƒhay huelga?... šfuera Aragón!, gritaban otros, que incluso ya pedían una hoja para recabar firmas y exigir la renuncia de su líder.

Luego, una larga espera de seis horas para que Aragón y el resto de la comisión negociadora regresaran con el convenio ya redactado bajo el brazo. En punto de las 6:20 horas los que aún permanecían en el auditorio, la mayoría afín al nuevo comité, votaron para levantar la peculiar huelga que en términos legales tuvo cumplimiento parcial.

En el aeropuerto capitalino se informó del retraso de sólo siete vuelos y la cancelación de uno. Se cuidó que los sobrecargos no invadieran las áreas ajenas a su materia de trabajo y que no se complicara el itinerario de otras aerolíneas, por lo que el parte oficial de la comandancia de la terminal aérea fue "sin novedad".

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