Las familias que fueron despojadas de viviendas ubicadas en Fray Servando Teresa de Mier 293, colonia Tránsito, y en República de Argentina 110, en Cuauhtémoc, cumplieron 53 y 17 días, respectivamente, en la calle.
Además de que fueron sacadas con violencia de los inmuebles que habitaron por más de cuatro décadas, han sido amedrentadas física y verbalmente por desconocidos.
En una visita a ambos inmuebles, se constató que las víctimas de despojo improvisaron campamentos y cubren sus pertenencias con lonas y hules de plástico que amarran con lazos; también utilizan un vehículo como dormitorio.
Coincidieron en que han sido amedrentados verbal y físicamente. El señor Guillermo Barajas, de 72 años, relató que luego de que le arrojaron sus muebles a la calle, le robaron dinero y su celular; días después arrojaron sus pertenencias al camellón de Fray Servando Teresa de Mier, y agregó que su esposa Laura Guarneros recibió una patada entre jaloneos con los agresores.
Acusó que son vigilados por desconocidos, así como que las autoridades retiraron una patrulla que estuvo los primeros días.
En días recientes, afirmó, ha ingresado material de construcción a su domicilio, sin que la denuncia que presentó en la fiscalía capitalina tenga avances; al contrario, aseveró, cuando acudió para dar seguimiento le dijeron que primero debe cumplir con una cita al sicológo, a pesar de que la fecha que se le asignó es a finales de diciembre.
En tanto, el señor Francisco Guzmán Rosas, de 85 años, y Berenice, quien padece discapacidad del sistema nervioso central, habitaban en República de Argentina 110.
Dijeron que el martes casi una veintena de hombres y mujeres que estaban en la casona les impidieron colocar un mueble en el callejón República de Ecuador, donde pernoctan y el cual colinda con la parte trasera del viejo edificio en el que pretendían almacenar algunos alimentos.
Momentos después, esos sujetos intentaron meter bultos de cemento y tabique a la propiedad, a lo que ambas victimas de despojo se opusieron. El señor Guzmán fue jaloneado y empujado por uno de los hombres, mientras Berenice fue insultada sin que hubiera detenidos, porque los agresores negaron los hechos ante los policías que llegaron cuando habían terminado la agresión física e incluso “las amenazas de muerte”, afirmaron los desalojados.
Humberto Lara, de 65 años, reprochó, igual que todos los afectados, que no haya justicia al no ser restituidos a sus viviendas. Señaló que hace 50 años su mamá fue portera del edificio de República de Argentina y que por décadas pagaron renta a la dueña.
En ambos inmuebles no hay un avance en la situación legal, a pesar de que las familias presentaron denuncias ante la Fiscalía General de Justicia por el despojo y las agresiones de que han sido víctimas.