Por “razones económicas, de vecindad y de geopolítica”, México no tendrá participación en el grupo de potencias emergentes BRICS –conformado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica–, aseguró ayer el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Luego de que recientemente Sudáfrica afirmó que México está entre los países que ha expresado su interés por participar en los BRICS –lo que también fue rechazado por la canciller Alicia Bárcena esta semana en entrevista con La Jornada–, López Obrador dijo que México cuidará su relación con Estados Unidos y Canadá, impulsará la integración económica y la consolidación regional de América del Norte y la de todo el continente.

En su habitual rueda de prensa en Palacio Nacional señaló que este miércoles la secretaria de Relaciones Exteriores estará en Washington para dialogar con funcionarios estadunidenses sobre temas relacionados con migración, tráfico ilícito de armas y de fentanilo, e hizo un reconocimiento al presidente Joe Biden, porque, “es el único mandatario estadunidense en décadas que no ha ampliado el muro fronterizo, además de que ha respetado la soberanía mexicana”.

Anacrónica, la política injerencista de EU

López Obrador aseguró que seguirá insistiendo en el fortalecimiento de América del Norte y de todo el continente, pero “revisando la vieja, anacrónica política de querer tener injerencia en otros países” y añadió que el bloqueo a Cuba es medieval e inaceptable.

“Sé que es un tema polémico, pero no podemos aceptar que un país, cualquiera que sea, se erija, se eleve a un gobierno supremo, se constituya como el gobierno del mundo y se imponga afectando a cualquier otro país por pequeño que sea. No aceptamos eso ni de Rusia, ni de China, ni de Estados Unidos, de nadie; o sea, creemos en la independencia de los pueblos, en la soberanía de los pueblos”, declaró.

“Nuestra propuesta es fortalecer el tratado con Estados Unidos y Canadá, consolidarnos como región, fortalecernos, ayudarnos mutuamente, complementarnos, que se comparta la inversión, la tecnología, la fuerza de trabajo, las capacidades de los obreros de los tres países, que se mejoren los salarios, y que se consolide América del Norte. Eso es lo primero.”

La posición mexicana es que “esta integración se tiene que dar en toda América, para lograr algo parecido a lo que es la Unión Europea”. El continente unificado sería “la región más importante del mundo”.

Acotó que la integración deberá hacerse partiendo del respeto a la soberanía y sin dejar a ninguna nación, como Cuba, fuera.