En el último día de su gestión como embajadora de México en Chile, la canciller designada, Alicia Bárcena, fue condecorada por el gobierno de chileno de Gabriel Boric con la Orden de Mérito de Chile en el grado de Gran Cruz.
Se trata de la condecoración más antigua del país, de acuerdo con el Ministerio de Relaciones Exteriores chileno. Creada el año 1817 por el libertador Bernardo O´Higgins, su objetivo es premiar los servicios civiles destacados a la República de Chile prestados por ciudadanos extranjeros.
El grado de Gran Cruz impuesto a Bárcena por Alberto van Klaveren, ministro de Relaciones Exteriores de Chile, es uno de los tres superiores de la orden y se confiere a los embajadores, ministros de Estado, presidentes de Cámaras Legislativas, presidentes de Cortes Supremas, comandantes en Jefe de Fuerzas Armadas y otros altos funcionarios de similar jerarquía, según el reglamento correspondiente.
Bárcena ha tenido una extensa trayectoria profesional ligada a Chile, cuando en 2008 fue nombrada secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), cargo que tiene sede en Santiago y que cumplió hasta ser nombrada jefa de misión mexicana en Chile, el año pasado.
“Uno de los regalos que nos ha hecho México es, precisamente, Alicia Bárcena”, destacó el canciller chileno y añadió que “ha sido fundamental en el trabajo conjunto entre las instituciones del sistema de Naciones Unidas y el Gobierno de Chile. Son tareas que demandan trabajo, flexibilidad y comprensión; y Alicia, me consta personalmente, ha sido un pilar muy relevante en este trabajo, que desde Chile se proyecta hacia América Latina y El Caribe”, de acuerdo con información del gobierno de Chile.
“Estoy seguro que cuando asuma su nuevo cargo como Secretaria de Relaciones Exteriores de México, continuará trabajando por la amistad, unidad y el desarrollo de nuestros países y de la región latinoamericana”, enfatizó.
Por su parte, la embajadora agradeció al Gobierno de Chile por este reconocimiento y resaltó que seguirá impulsando la colaboración entre las naciones. “Me voy con la convicción de un futuro promisorio en las relaciones de dos entrañables amigos. Me voy con la certeza que hay una agenda densa y con mucho por hacer. Con muchos proyectos e ideas de cómo seguir profundizando esta relación bilateral en beneficio de nuestras sociedades”.
“No es secreto el gran y profundo amor que tengo por este bello país. Mis afectos son inquebrantables por este lugar que ha dejado una huella imborrable en mi ser. Me llevo su infinita cordillera, su mar pacífico, el cariño de la gente, sus áridos desiertos y sus quita alientos paisajes sureños, pero muy especialmente mis recuerdos más íntimos y familiares. Gracias, Chile, por tanto”, resaltó.