Ciudad de México. A seis años del asesinato de Javier Valdez Cárdenas, corresponsal de La Jornada en Sinaloa, el autor intelectual del homicidio, Dámaso López Serrano, El Mini Lic, uno de los que llegaron a considerarse sucesores de Joaquín El Chapo Guzmán Loera en el cártel de Sinaloa, se convirtió en testigo colaborador de las autoridades de Estados Unidos y está pendiente su extradición y enjuiciamiento en México.
López Serrano es el único, de acuerdo con la investigación de la Fiscalía General de la República (FGR), que está pendiente de ser llevado a los tribunales nacionales, ya que dos de sus cómplices y autores materiales del homicidio ya fueron sentenciados.
De acuerdo con las indagatorias realizadas por la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Cometidos contra la Libertad de Expresión (Feadle), a cargo de Ricardo Pérez Sánchez del Pozo, El Mini Lic planeó y ordenó los primeros días de mayo de 2017 el homicidio de periodista y autor de libros como Miss narco, Narco periodismo y Levantones.
El Mini Lic era líder de un grupo de sicarios que actuaban bajo las órdenes de su padre, Dámaso López Núñez, El Lic, quien a su vez era compadre de Joaquín El Chapo Guzmán y se consideraba el hombre de mayor confianza del entonces líder del cártel de Sinaloa a pesar de que el 19 de enero de 2017 había sido extraditado a Estados Unidos.
El 7 de mayo de 2017 Javier Valdez publicó en el semanario Ríodoce –del cual fue fundador–, un texto que desató la furia de El Mini Lic, pues lo define como “un pistolero de utilería”, que pagaba por que se le escribieran corridos e incapaz de competir con los hijos de El Chapo Guzmán por el liderazgo de la organización, refieren las indagatorias de la FGR.
Tras la publicación, Dámaso López Serrano acudió al pueblo de El Dorado, Sinaloa, comunidad cercana a Culiacán, se reunió con sicarios de su mayor confianza y dispuso asesinar al periodista a cambio de 100 mil pesos y un arma que tenía como distintivo el logo de los Dámasos.
El 15 de mayo al filo del mediodía, Valdez conducía su automóvil a unas calles del semanario, y frente a la estancia infantil Los Jardines, ubicada en el número 229 de la avenida Vicente Riva Palacio, los sicarios lo interceptaron, fingieron un incidente de tránsito que lo forzó a detenerse. Lo obligaron a descender de la unidad y allí dos hombres le dispararon. Lo asesinaron. Sus atacantes se llevaron el automóvil de Javier y la policía local tardó 15 minutos en recibir una llamada de alerta.
A seis años del homicidio, la FGR obtuvo cuatro órdenes de aprehensión. Tres contra los autores materiales, entre ellos Luis Ildefonso Sánchez Romero, El Diablo, quien cuatro meses después fue ejecutado en San Luis Río Colorado, Sonora.
Los otros mandamientos se cumplimentaron y en marzo de 2020 Heriberto Picos, El Koala, fue condenado a 14 años y ocho meses de prisión por haber colaborado con el Ministerio Público y haber aportado pruebas que incriminan a El Mini Lic como el autor intelectual.
En 2021 un juez federal con sede en Culiacán sentenció a 32 años de prisión a Juan Francisco Picos, El Quillo.