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Mundo

2023-05-02 07:23

En el Día del Trabajo, irritación mundial por la carestía

Más de 2 millones 300 mil personas se movilizaron en Francia durante la conmemoración del Día Internacional del Trabajo. Fue una jornada de “cólera social” contra la política neoliberal del presidente Emmanuel Macron y su reforma al sistema de pensiones. En las marchas hubo choques entre la policía y manifestantes radicales en París y otras ciudades, con cerca de 300 detenidos.
Más de 2 millones 300 mil personas se movilizaron en Francia durante la conmemoración del Día Internacional del Trabajo. Fue una jornada de “cólera social” contra la política neoliberal del presidente Emmanuel Macron y su reforma al sistema de pensiones. En las marchas hubo choques entre la policía y manifestantes radicales en París y otras ciudades, con cerca de 300 detenidos. Foto Afp

Madrid. Francia vivió ayer una jornada de movilización y “cólera social” en una conmemoración histórica del Primero de Mayo, en la cual más de 2 millones 300 mil personas, según los sindicatos, y 782 mil, según el ministerio del Interior, se manifestaron en las calles de todo el país contra la política neoliberal de Emmanuel Macron y su plan de reforma del sistema público de pensiones.

GALERÍA: Un 1 de mayo de protestas en Francia; les lanzan lacrimógenos.

No había registros de una protesta tan masiva en el Día del Trabajo desde 2002. Como sucede desde el 16 de marzo, cuando Macron decidió adoptar por decreto su reforma que retrasa la edad de jubilación de 62 a 64 años para 2030, las marchas registraron choques entre la policía y manifestantes radicales en París y otras ciudades, informaron medios de prensa.

El descontento y el malestar social también se expresó de forma masiva y contundente en otros países europeos como Alemania, Reino Unido, Italia y España, donde se escuchó un mismo clamor: que la inflación no siga ahogando a la clase trabajadora por la pérdida de poder adquisitivo constante desde el año pasado.

Los sindicatos franceses y centenares de miles de jóvenes indignados tomaron de nuevo las calles de las principales ciudades de Francia. Se trató de la convocatoria 13 a huelga general y paros laborales masivos en el país desde enero pasado, cuando se conocieron los planes del gobierno de Macron para reformar el sistema de pensiones y aumentar dos años la edad de jubilación, e incrementar un año el de cotización para convertirse en pensionado, de 42 a 43.

Las agrupaciones sindicales convirtieron este Primero de Mayo en un nuevo día de “cólera social”, con más de 300 actos de protesta en las principales ciudades, como París, donde hubo más de 550 mil, según la Confederación General del Trabajo (CGT), y 117 mil, según la prefectura de policía de la capital francesa. Las movilizaciones se repitieron en Lyon, Nantes, Rennes, Marsella, Burdeos, Montpelier, Toulouse, Lille y Dijon.

Las protestas de esta jornada mostraron la fuerza del movimiento sindical francés, que ha ganado prestigio y seguidores. El año pasado, cuando aún no se conocían los planes de Macron, las manifestaciones del Día del Trabajo únicamente sacaron a las calles a unas 116 mil personas, frente a más de 2 millones 300 mil de este año. La de ayer fue la protesta más numerosa en Francia desde 2002, cuando más de un millón de ciudadanos repudiaron el discurso ultraderechista de Jean Marie Le Pen, que se había convertido en uno de los dos aspirantes a la presidencia del país.

Al igual que en las jornadas de lucha precedentes, la policía reprimió. El ministerio del Interior dispuso el despliegue de 12 mil agentes en el territorio, 5 mil de ellos en París. Y de nuevo hubo numerosas escenas de enfrentamientos con los agentes franceses usando gas lacrimógeno y la fuerza física.

Los líderes sindicales franceses coincidieron en que esta era “una de las manifestaciones más importantes de la historia”, según palabras de la secretaria general de la CGT, Sophie Binet, quien además advirtió: “no bajaremos los brazos y seguiremos en la lucha”.

No es el final de la lucha

El líder de la plataforma sindical Confederación Francesa Democrática del Trabajo, Laurent Berger, coincidió en la valoración, al aseverar que “es un gran Primero de Mayo. No es el final de la lucha, es la protesta del mundo del trabajo contra esta reforma. Así que tomamos nota de la promulgación de la reforma, pero no la aceptamos. Aún disponemos de mecanismos para oponernos”.

Con gritos de “Macron, dimisión” y de repudio a la reforma laboral, la mayoría de los manifestantes expresaron su rechazo de forma pacífica en las calles, pero también hubo algunos colectivos que atacaron con cocteles molotov a la policía y arremetieron con piedras y pintura contra algunos edificios y tiendas de lujo, sobre todo en París. En la Plaza de la Nación hubo un incendio cerca de un edificio en obras, que rápidamente fue apagado. Además, en Nantes un manifestante sufrió heridas graves en una mano y unas 2 mil personas ocuparon durante unas horas un hotel de lujo en Marsella.

Los datos provisionales de las detenciones eran de 292 al filo de las 10 de la noche de Francia (90 de ellos en París), pero se prevé que a lo largo de la noche y la madrugada aumente el número.

Medida regresiva de Meloni

En medio de las reivindicaciones de la clase trabajadora en Europa y el mundo, el gobierno de Italia, de la ultraderechista Giorgia Meloni, anunció un plan con el que pretende aprobar por decreto una reforma laboral parcial sin el consenso de las partes implicadas y liquidar la renta ciudadana que instauró el gobierno del Movimiento 5 Estrellas.

El plan acometerá grandes reformas del mercado laboral y de los tipos de contrato. La iniciativa activó aún más las alertas de los sindicatos italianos, que aprovecharon para movilizarse de forma masiva en Roma y el resto de ciudades principales.

En el norte de Turín, los manifestantes antigubernamentales desfilaron con un muñeco de Meloni levantando el brazo en señal de saludo fascista, mientras en Roma se efectuó un concierto al aire libre organizado por los sindicatos, tradición del Día del Trabajo.

Alemania también fue escenario de protestas en las que casi 300 mil personas, según los sindicatos, reclamaron en las principales ciudades del país que se compense a la clase trabajadora con un aumento salarial acorde con la espiral de la inflación, para lo que hicieron un llamado a la patronal con la finalidad de que se siente a negociar los contratos colectivos de forma justa y acorde a la situación actual.

“Hay que luchar por el progreso social. Por sí solos y de manera claramente racional, en el mundo de los ejecutivos no ocurrirá nada por el bien común, o por un buen mundo laboral o contra el cambio climático”, aseguró Yasmin Fahimi, presidenta de la Federación Alemana de Sindicatos (DGB).

En España también se movilizaron los sindicatos, con una respuesta más discreta de afiliados. Se calcula que salieron a las calles menos de 10 mil personas en todo el país, según el gobierno español, y lo hicieron también para exigir a las agrupaciones patronales un nuevo contrato colectivo que mitigue la pérdida de poder adquisitivo.

En Reino Unido siguieron las movilizaciones de los trabajadores del sector público, entre ellos las de salud, que también reclamaron ajustar sus sueldos en función del incremento del costo de la vida.

En Suiza, un desfile por Zúrich se desarrolló sin incidentes, según informó la policía, de acuerdo con Reuters.

Como en años anteriores, la policía en Turquía impidió que un grupo de manifestantes llegara a la plaza Taksim de Estambul, y detuvo a una docena de manifestantes, según la televisora independiente Sozcu, informó Ap.

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