Montreal. Cientos de miles de hogares permanecían sin electricidad el viernes en la provincia de Quebec, dos días después que una tormenta de hielo azotara el este de Canadá y causara tres muertes y grandes daños materiales, particularmente en Montreal.
Alrededor de 450 mil hogares seguían a oscuras al mediodía del viernes, frente a 1,1 millones registrados en el punto álgido del acontecimiento.
"Hydro-Québec solucionó cerca de 50 por ciento de las situaciones y tenemos como meta que esta noche alrededor de 80 por ciento de las residencias vuelvan a estar conectadas y de aquí a mañana por la noche el 95 por ciento", informó a su vez a la prensa el primer ministro de Quebec, François Legault. "Paciencia y sean prudentes", exhortó a la población.
Regault dio cuenta de la muerte de un hombre en Montreal que recurrió a una barbacoa para calentarse en su vivienda.
Ese deceso se suma a otros dos desde el inicio de la tormenta: un residente del este de Ontario aplastado por un árbol el miércoles y un hombre de 60 años golpeado por una rama mientras intentaba limpiar su jardín, el jueves en Quebec.
"Sabemos que para algunos clientes (el problema) durará hasta el domingo, o posiblemente el lunes", dijo Régis Tellier, portavoz de Hydro-Québec.
"Condiciones meteorológicas más favorables" a lo largo del día deberían "acelerar el restablecimiento del servicio", añadió.
La ciudad de Montreal, que registró cerca de la mitad de los casos de interrupción del servicio, abrió seis centros de alojamiento temporal de emergencia en los que los residentes sin electricidad pueden pasar la noche.
Intoxicaciones
Acompañada por su madre y sus dos hijos de 8 y 3 años, Rosalie Gouba lamentó haber tenido que tirar parte de las reservas de alimentos que tenía para los próximos meses por la falta de electricidad.
"La primera noche fue muy difícil porque tengo miedo de dormir en completa oscuridad. Como estoy estresada, los niños también lo están", dijo esta madre de 30 años.
Las autoridades informaron de alrededor de 60 intoxicaciones con monóxido de carbono, en algunos casos por el uso de elementos inadecuados para calefaccionar las viviendas.
Cientos de trabajadores municipales continúan desplegados en el terreno afectado, en especial en parques cubiertos de ramas de árboles que se desplomaron por el peso del hielo que les cayó encima. Las ráfagas de viento que aún persisten amenazan con agravar el problema.
Los parques municipales continúan cerrados al público.
La tormenta afectó básicamente a Quebec y Ontario, las dos provincias más pobladas de Canadá.
Este es el mayor corte en la red eléctrica de Quebec desde la tormenta de hielo de 1998, que sumió a la provincia en el caos durante varias semanas.