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2023-02-11 06:00

Daniel Ortega perdió; jugó a quebrarnos y no lo logró, asegura la comandante Dos

Dora María Téllez, ex comandante guerrillera sandinista, advierte que en Nicaragua “hay resistencia” al régimen orteguista. Imagen de 2012 en Managua.
Dora María Téllez, ex comandante guerrillera sandinista, advierte que en Nicaragua “hay resistencia” al régimen orteguista. Imagen de 2012 en Managua. Foto Afp
Periódico La Jornada
sábado 11 de febrero de 2023 , p. 19

Dora María Téllez, dirigente de la fuerza opositora Unamos, sabe cuántos minutos tiene cada día: mil 440. Los contó durante las largas horas de aislamiento total, en una celda oscura en el penal para hombres de El Chipote, donde pasó el último año con ocho meses. Ya libre, pero “desterrada”, según los términos que eligió el régimen de Managua para mantener lejos a los más de 222 presos políticos que condenó, la que fuera guerrillera sandinista en los años 70, habla en diversas entrevistas con la misma vitalidad de siempre: “Daniel Ortega perdió la partida; jugó a quebrarnos y no lo logró. No doblegó a nadie”.

Todos los días, durante los 20 meses que la comandante Dos permaneció encerrada a oscuras, sola, sin permiso de hablar, leer o escribir, retó mentalmente al presidente de Nicaragua, que en el pasado –30 años que ahora parecen muy remotos—fue su compañero de lucha. Como habla y como ríe, en los salones y los jardines del hotel de Washington que aloja a los “liberados-desterrados”, no parece, en efecto, haber sido derrotada.

Los castigos de la prisión, con sentencias de más de 13 años por “traicionar a la patria” y “socavar la soberanía nacional”, fueron particularmente crueles con las cuatro mujeres opositoras, a quienes se les mantuvo en un penal de hombres, confinadas en solitario.

Para Sulen Barahona el castigo tuvo un clavo más: la incomunicación con su hijo. En un año ocho meses sólo pudo tener una videollamada con él, el pasado 25 de diciembre. Como Ana Margarita Vijil, compañera de Dora María y Tamara Dávila, estas cuatro ex presas fueron sandinistas. En 1995, en respuesta al creciente verticalismo en el partido de Ortega, fundaron, con el escritor Sergio Ramírez, el Movimiento de Renovación Sandinista. Y en 2021 renunciaron a su denominación “sandinista” para nominarse Unamos.

Esta mañana de viernes, decenas de micrófonos de medios recogen las palabras y los relatos que permanecieron encerrados en las celdas desde 2021, en ocasiones desde antes. Así se fueron conociendo detalles de cómo se ejecutó, de súbito, una decisión de la pareja Ortega-Rosario Murillo, su poderosa vicepresidenta.

“Algo iba a pasar”

Cuenta José Antonio Peraza, un politólogo experto en sistemas electorales, catedrático, preso por sus artículos críticos: “A las 10 de la noche del miércoles llegaron a las celdas a ordenar: vístanse y guarden sus cosas”. Luego los hicieron esperar dos o tres horas más. Ninguno sabía nada, pensaron que se trataba de un traslado. Pero a otros detenidos en prisión domiciliaria los fueron a buscar y entonces los familiares empezaron a cruzar llamadas y los rumores de que “algo iba a pasar” se fueron extendiendo.

A medianoche, desde los distintos penales, a 224 presos los hicieron subir a autobuses. No podían ver hacia donde se dirigían. “Primero pensé que nos llevaban al centro de convenciones o a la cárcel Modelo.. Pero cuando vimos, ya estábamos en el aeropuerto. Ahí nos dimos cuenta que nos iban a expulsar”. Se formó una hilera para subirlos al avión.

Mientras tanto, la Asamblea Legislativa, controlada por el oficialismo, aprobaba a las carreras una ley bizarra que despojaba de la ciudadanía nicaragüense a los expulsados.

Al mismo tiempo, al subir al avión, un vuelo fletado proporcionado por Washington, cada preso liberado recibía un pasaporte nuevo, con vigencia por 10 años, que fue una exigencia del gobierno de Estados Unidos.

“¿Cuál es la ruta? ¡Que se vaya el hijueputa!”

Y, según cuenta en una crónica el reportero de Divergentes.com Wilfredo Miranda, “a medida que el avión se iba llenando, el júbilo se contagió entre los encarcelados. “¿Cuál es la ruta? ¡Que se vaya el hijueputa!”, coreaban unos. Otros cantaban el himno nacional”.

En las imágenes trasmitidas por las plataformas nicaragüenses se aprecia el caos y la emoción en los pasillos, los jardines y la recepción del hotel de Dulles, cerca del aeropuerto. Por un lado, algunas importantes figuras de la oposición, como quien fuera vicecanciller del sandinismo Víctor Hugo Tinoco o Cristiana Chamorro, hija de la ex presidenta Violeta, y ella misma candidata a la presidencia en 2021, declinan las entrevistas. Tienen familiares en Nicaragua y quieren protegerlos de represalias.

Pero hay quienes solamente esperan, sin familiares, a quiénes abrazar. Según Confidencial, el diario que dirige Carlos Fernando Chamorro (quien finalmente pudo abrazar a sus hermanos, Cristiana y Pedro Joaquín) al menos 170 de los liberados no tiene familia en Estados Unidos donde vivir, por lo que organizaciones civiles lanzaron una iniciativa para conseguir hogares de acogida y medios de transporte.

Hay resistencia al régimen

Sin duda, la comandante Dos es la más elocuente. No duda en hablar de una salida a futuro para su país: “En Nicaragua hay resistencia. Se expresa en las conversaciones de la familia, en grupos cerrados, en la calle. Y el régimen no ha podido vencer esa resistencia ni ha podido recomponer su poder.

“Al contrario, vive una profunda descomposición”. ¿Y qué hará la antigua comandante Dos, próxima a cumplir 70 años? “Yo vivo de cara a Nicaragua. Y tengo un pasaporte vigente. Voy a viajar, ni lo duden”.

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