Madrid. El sospechoso de mandar una serie de cartas con material explosivo, con destinatarios como la embajada de Ucrania en Madrid o el presidente del gobierno español, fue enviado este viernes a prisión preventiva por un juez que vio riesgo de que huyera a "territorio ruso".
La medida aplicada a este hombre de 74 años, arrestado el miércoles en su domicilio de Miranda de Ebro (norte de España), fue tomada para evitar una posible "huida a territorio ruso", explicó en un auto el magistrado José Luis Calama de la Audiencia Nacional, una jurisdicción en Madrid a cargo de los asuntos de terrorismo.
"La transcendencia de sus violentas acciones como medio de propaganda de la ocupación rusa en Ucrania, pudieran facilitar su huida a territorio ruso, recibiendo al efecto ayuda de ciudadanos de dicho país", señaló el auto.
Los actos atribuidos a esta persona, que podría ser condenada a hasta 20 años de cárcel por delitos de terrorismo, buscaban "alterar gravemente la paz pública" y "obligar" a las autoridades españolas a "abstenerse del apoyo mostrado a favor de Ucrania frente a la agresión rusa", escribió el juez.
Según el magistrado, hasta ahora "no hay indicios de que el investigado pertenezca ni colabore con banda o grupo organizado terrorista alguno".
De todas maneras, la policía no descartó el miércoles "la participación o influencia de otras personas en los hechos".
Según el diario The New York Times, los servicios de inteligencia estadounidenses y europeos sospechaban que detrás de las cartas con explosivos estaba un pequeño grupo paramilitar ruso, el Movimiento Imperial Ruso (MIR), actuando a las órdenes del servicio de inteligencia militar ruso (GRU).
"Miembros destacados del grupo viajaron a España y la policía (española) arrojó luz sobre sus vínculos con organizaciones españolas de extrema derecha", escribió el New York Times.
Las seis cartas fueron enviadas a finales del año pasado al presidente del gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, a su ministra de Defensa, a las embajadas de Ucrania y Estados Unidos en Madrid, a una empresa de armas que fabrica lanzagranadas donados a Ucrania y a una importante base militar española.
Un vigilante de la embajada ucraniana resultó herido de levedad cuando manipulaba el sobre.
Las otras cartas fueron interceptadas por personal de seguridad.
El embajador de Ucrania en España, Serhii Pohoreltsev, acusó implícitamente a Rusia de estar detrás de la carta que iba dirigida a él.