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Mundo

2023-01-26 06:00

“Los sobrevalorados Abrams y Leopard arderán en Ucrania”, asegura el Kremlin

Trabajos de remodelación de un edificio de viviendas parcialmente destruido por los bombardeos en la provincia de Járkov.
Trabajos de remodelación de un edificio de viviendas parcialmente destruido por los bombardeos en la provincia de Járkov. Foto Afp
Periódico La Jornada
jueves 26 de enero de 2023 , p. 25

Moscú. Anunciada de modo oficial la decisión de Estados Unidos y de Alemania de suministrar a Ucrania sus tanques pesados Abrams y Leopard, es una mala noticia para el Kremlin que, tras apostar a que los aliados de Kiev no podrían alcanzar el necesario consenso para desbloquear el envío de este tipo de armamento, ahora intenta minimizar su importancia.

La entrega de estos tanques es, en opinión de la presidencia rusa, “un plan destinado al fracaso” debido a que “están sobrevalorados” y “no darán la ventaja deseada al ejército ucranio”, en palabras de su vocero Dimitri Peskov, quien ayer aseguró que “arderán” en Ucrania, al igual que otras armas extranjeras.

“Estoy convencido de que muchos especialistas entienden que es absurda esta idea (suministrar tanques Abrams y Leopard). Por sus características tecnológicas es simplemente un plan destinado al fracaso y, lo principal, es que sobrevalora el potencial que puede agregar al ejército ucranio. Es una rotunda equivocación más”, apuntó Peskov.

La cancillería rusa instruyó a sus embajadores en Berlín y Washington, donde se cocinó el entendimiento para desbloquear la concesión de los tanques pesados a Kiev, arremeter contra los respectivos gobiernos.

Así, el embajador en Berlín, Serguei Nechayev, dijo que con “esta decisión extremadamente peligrosa, que lleva el conflicto a un nuevo nivel de confrontación, Alemania renuncia definitivamente a reconocer la responsabilidad histórica ante nuestro pueblo por los terribles crímenes del nazismo durante la Gran Guerra Patria (Segunda Guerra Mundial) que no prescriben”.

Y su colega en Washington, Anatoli Antonov, afirmó que “no hay ninguna razón para proporcionar los Abrams a Kiev”, por lo cual “nadie debe hacerse ilusiones sobre quién es el auténtico agresor en este conflicto”.

Resurge temor a un conflicto nuclear

No es la primera vez que Rusia afirma que el suministro de un tipo de armamento más moderno y avanzado puede provocar un conflicto nuclear, pero Estados Unidos y sus aliados cada vez desoyen las advertencias y rebasan las aparentes líneas rojas que fija Moscú, convencidos de que, detrás de las amenazas apocalípticas, el Kremlin no tiene vocación suicida y nunca va a recurrir a su arsenal nuclear.

Sin embargo, no deja de ser una apuesta muy peligrosa porque resulta temerario olvidar que cualquier chispa puede hacer volar el polvorín atómico.

Rusia quiere ganar esta guerra con armas convencionales y, para eso, lleva meses preparando una gran ofensiva que, al menos, le permita hacerse con el control de la totalidad de las cuatro regiones que se anexionó en septiembre pasado. Lograrlo, desde el punto de vista del Kremlin, podría ser un buen punto de partida para ofrecer sentarse a negociar un alto el fuego, si Kiev aceptara ceder más o menos 20 por ciento de su territorio.

Como hasta ahora Ucrania no parece dispuesta a rendirse y, por el contrario, cree que es posible seguir recuperando las regiones ocupadas, también tiene en mente lanzar una ofensiva.

Se habla al menos de la primavera debido a que ambos, rusos y ucranios, necesitan tiempo. Los primeros, para terminar de adiestrar a los 150 mil reclutas que se sumarían a igual número de nuevos soldados que ya están incorporados a las tropas en la zona de combate.

Pero el gran problema del ejército ruso es la falta de oficiales –coroneles, mayores, tenientes, sargentos y cabos, sobre todo– que puedan organizar a esa masa de hombres con fusiles automáticos que, extraídos a fuerza de la vida civil, no saben qué hacer.

Los segundos, siendo realistas, requieren de varios meses, por lo menos dos, para recibir la mayor parte de las armas prometidas (los Abrams se llevarán más tiempo) y para aprender a manejarlas, si es que no llevan meses preparando a su personal en bases extranjeras.

Esto último forma parte del amplio catálogo de respaldo foráneo a Ucrania (armamento, entrenamiento de soldados, recepción y reubicación de millones de refugiados, ayuda humanitaria a población civil, créditos al gobierno, entre otras modalidades), que este año representará para Estados Unidos un gasto de 48 mil millones de euros y para sus aliados europeos, de 52 mil millones de euros.

Por lo pronto, el comandante en jefe del ejército ucranio, Valery Zaluzhny, está a pocos meses de poder contar con los 300 tanques que dijo necesitar para estar en condiciones de lanzar una ofensiva exitosa.

No se trata únicamente de los 31 tanques Abrams MI estadunidenses, los 14 Challenger 2 británicos y los 14 Leopard 2AE alemanes ya oficialmente ofrecidos, sino que, al levantar Berlín las restricciones a la rexportación de sus tanques, se estima que el número inicial de Leopard puede alcanzar la cifra de 112, procedentes de al menos 12 países que ya confirmaron su intención de hacerlo y el número podría crecer, ya que en la actualidad hay en el mundo cerca de 2 mil tanques de ese tipo.

Y como en las carambolas del billar, países que no tienen los Leopard como Marruecos o Chipre están dispuestos a enviar sus tanques T-72 de la época soviética a cambio de recibir armamento moderno estadunidense. En ese esquema, Ucrania puede recibir no menos de un centenar de esos tanques, que no requieren tiempo de aprendizaje.

A cuentagotas se van conociendo algunos detalles del paquete de armamento prometido a Kiev por Washington la semana pasada. Por ejemplo, además de los mil 500 misiles TOW BGM-71 entregados en agosto, Ucrania tendrá 590 misiles de estas características para usar en misiones antitanque o contra fortificaciones, así como 20 mil proyectiles de artillería de 155 milímetros; 96 mil, de 105 milímetros; y 600 de alta precisión de 155 milímetros y guiados por GPS.

Ahora, después de que Ucrania reconoció ayer que dejó Soledar, la atención está puesta en Bakhmut. Los expertos militares coinciden en que, toda vez que Rusia concentró en esa dirección un número elevado de tropas, Ucrania tiene dos posibilidades: reforzar las unidades que están defendiendo la ciudad y sus alrededores o, en su defecto, dejarla para fortalecer Kramatorsk, Slaviansk, Siversk y Konstantinovka, dispersando las tropas rusas en esa parte de la región de Donietsk.

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