Aunque los productores son el primer eslabón de la generación de riqueza de este fruto, apenas se quedan con una fracción de ganancia. Foto Pablo Ramos
Otro reto que enfrentan es que sus cultivos sean dañados por plagas o enfermedades como la roya, un tipo de hongo que afecta solamente a los cafetales y es considerada una de las más catastróficas. Foto Pablo Ramos
La diferencia que existe entre el pago que reciben los agricultores por el grano y el precio que alcanza una taza de la bebida en distintos puntos de consumo es de hasta 46 veces; pues es un negocio en el que participan varios intermediarios. Foto Pablo Ramos
De acuerdo con estimaciones de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), entre 70 y 75 por ciento de la producción del grano se exporta, el resto se queda en el mercado interno. Foto Pablo Ramos
La poca ganancia que obtienen los productores también se debe al proceso del mismo, pues pierde volumen desde que se tiene el fruto, se despulpa, se hace el lavado, secado, la selección y el tostado. El productor Alberto Zapata explica que "en todo eso, de 10 kilos que recogiste en cereza sale como un kilo 400". Foto Pablo Ramos
En México, la producción de café se extiende a 14 estados: Colima, Chiapas, Guerrero, Hidalgo, Jalisco, México, Morelos, Nayarit, Oaxaca, Puebla, Querétaro, San Luis Potosí, Tabasco y Veracruz; y está sostenida por más de 500 mil caficultores. Foto Pablo Ramos
La medida común para comercializar en el sector caficultor es el quintal, un costal de henequén que varía su peso según el momento en que se encuentre el café. Foto Pablo Ramos
Debido a la baja rentabilidad del producto, avanza “la fiebre del limón”, en la que cultivos de café son remplazados por siembras de limoneros. Foto Pablo Ramos
Por la devaluación del café en mercados internacionales, los productores buscan recuperar una parte de su precio a través de certificaciones, como este reporte de calidad que detalla las características del grano. Foto Pablo Ramos
La migración y el abandono del campo son fenómenos relacionados con el desplome de precios de este grano. Foto Pablo Ramos
El catador de café Jorge Luis Martínez Marín, levantó un laboratorio de cata y análisis físico en los alrededores del municipio de Teocelo para capacitar a productores sobre todos los procesos que tienen que ver con el aroma y hacer análisis de sus cosechas. Foto Pablo Ramos
Ciudad de México. Los campos no son los únicos afectados, los cafés que durante los siglos XIX y XX en México fueron centro de reunión para artistas e intelectuales también están desapareciendo. Foto Cristina Rodríguez
Ciudad de México. Estos establecimientos en 1810 eran “muy abundosos y concurridos, eran sitios de reunión, clubs políticos, de tertulia literaria, mentideros, salón de lectura de periódicos”, según la escritora Clementina Díaz y de Ovando. Foto Cristina Rodríguez
Ciudad de México. Cafetería tradicional en el Centro Histórico donde se prepara el tostado del grano de café. Foto Cristina Rodríguez