Para 2023, el temor de una inflación alta ahora se transforma al temor de una recesión económica inducida (para bajar la inflación). Y es que el consenso de los estrategas bursátiles en Estados Unidos está considerando una probabilidad de 75 por ciento al escenario de recesión en 2023 en sus modelos de valuación de empresas, destacó Carlos Ponce Bustos, socio director de SNX.
Sin embargo, “para algunos una recesión no significa necesariamente un desastre para la bolsa de valores”. Los ciclos accionarios de baja en Estados Unidos tienen una duración histórica promedio de 18 meses con correcciones entre 25 y 30 por ciento. Estamos entrando al mes 12 y vimos caídas de casi 30 por ciento a nivel índices. Las probabilidades del fin de ciclo de baja, tras haber anticipado la recesión económica, son ahora cada vez mayores, toda vez que las decisiones para afrontar la inflación ya se hicieron.
En tanto, la estrategia de la Reserva Federal (Fed) pasó de ser acomodaticia a restrictiva en 2022. A lo largo de 2023, comentó Ponce, las alzas de las tasas habrán terminado y la “nueva prioridad” será la estabilidad. Muchas empresas ajustaron ya sus guías y pronósticos a la baja.
Lo más importante en términos del impacto es que ya están tomando medidas para mantener su rentabilidad disminuyendo gastos. En 2022 se vio una enorme recompra de acciones y eso ayudará a las valuaciones a pesar de menores resultados.
Aunque el consenso de estrategas anticipa un avance de 10 por ciento en dólares sobre niveles actuales en el S&P 500 de Estados Unidos, el riesgo y potencial avance no es igual para todos los inversionistas, depende de la selección y diversificación de sectores.