Ciudad de México. La crisis por la pandemia de coronavirus ha sido la más profunda que se ha registrado en el país, pero se perfila a ser la de menor duración a la luz de los recientes datos de actividad económica, afirmó Galia Borja, subgobernadora del Banco de México (BdeM).
Detalló que la actividad económica, según la información más reciente dada a conocer por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), está a 0.05 por ciento de llegar al nivel que tenía antes de la crisis sanitaria, con lo que le habrá llevado 30 meses su recuperación desde el momento de la caída.
El dato se encuentra por debajo de los 32 meses que tardó la recuperación del llamado efecto tequila, a mediados de la década de los noventa, y la deuda de 1982, cuya duración fue de 34 meses, indicó la subgobernadora en el marco del México Capital Markets Forum, organizado por Bloomberg.
También la actual crisis se perfila a durar menos de la mitad de lo registrado con la burbuja dotcom de Estados Unidos en 2000, cuando la actividad económica tardó en despegar 67 meses, o la crisis financiera de 2008, cuya recuperación se alargó 72 meses, agregó la funcionaria del banco central.
La mejoría se debe a que 69 por ciento de los sectores que conforman la actividad económica del país han retomado el nivel que tenían al empezar 2020, mientras 13 por ciento se encuentran a menos de cinco puntos de lo registrado antes de la crisis y el resto mantiene un rezago de más de 5 por ciento.
No obstante, la compensación de la actividad económica se da de la mano de la mayor inflación en dos décadas, la cual ha reducido su ritmo en términos generales, pero el componente subyacente, menos afectado por la volatilidad, no ha cedido en su ritmo.
“Es preocupante la tendencia al alza de la subyacente”, declaró la subgobernadora. Explicó que en términos generales la inflación ha comenzado a desacelerarse, pero el componente menos volátil sigue al alza, impulsado por los alimentos, bebidas y tabaco.
En octubre, entre alimentos procesados y no procesados, así como los servicios de comida, representaron más de 60 por ciento de la variación en la inflación.
Al hacer un recuento de las últimas variables, como el mismo crecimiento de la economía, el consumo y la recuperación del mercado laboral, Borja no descartó un cambio en la magnitud a la que ha aumentado la tasa de política monetaria.
Hasta ahora hay una diferencia de 6 puntos porcentuales entre la tasa del BdeM (10 por ciento) y la de la Reserva Federal de Estados Unidos (4 por ciento en su rango superior). Esa brecha se encuentra por arriba del promedio registrado entre 2007 y 2020, que fue de 4.5 puntos.
Borja recalcó que esta diferencia respecto a la Fed es condicional al tipo de choques que se han presentado y no se trata de una postura mecánica, así que no se puede asegurar que en adelante el BdeM siga aumentando su tasa en la misma proporción que el banco central de Estados Unidos.
La institución, junto con otras economías emergentes, iniciamos nuestro ciclo de alzas mucho antes que la Fed, recalcó la subgobernadora, con lo cual la tasa ex ante se encuentra en terreno restrictivo.
Sobre un posible desacoplamiento de la política monetaria de la Fed, Borja dijo que a la luz de los últimos datos en las variables económicas, “no es por echar campanas al vuelo, pero si muchas de éstas mejoraran tendríamos que verlo”.