Ciudad de México. El consejero presidente Instituto Nacional Electoral (INE), Lorenzo Córdova, aceptó la realización de una reforma electoral siempre que está no trastoque la estabilidad política.
“Vamos a hacer una reforma, hagámosla, pero hagámosla bien, porque lo que podemos jugarnos es lo que hoy no es un problema en nuestro país, la estabilidad política”, señaló.
Durante un foro en la Universidad Autónoma de Nuevo León, el consejero presidente subrayó que sin una reforma electoral es posible organizar los comicios de 2024.
Por tanto, una enmienda de esa magnitud será pertinente siempre que se cumplan condiciones básicas: amplio consenso entre las fuerzas políticas, y que el cambio sea para mejorar el sistema.
“Y tercera condición, y con esto acabo. Si hay cambios que se hagan bien, que se hagan con datos, que se hagan con la cabeza, no con el estómago, porque si vamos a hacer una reforma electoral a partir de los rencores, o peor aún, de las filias y fobias personales, seguro va a salir mal”, señaló.
Recordó que una eventual reforma se pondría a prueba, por primera vez, en una gran elección que incluye la sucesión presidencial.
“Lo que tenemos enfrente es una enorme responsabilidad, sobre todo porque, si hay reforma, no olvidemos algo, la vamos a poner a prueba en la elección más grande y probablemente la más delicada en nuestra historia, así que tiene que ser una reforma bien hecha, si la hay”, dijo.
En los últimos 25 años - añadió- todas las reformas electorales se han puesto a prueba en elecciones intermedias; la de 1996 se puso a prueba en la elección intermedia 1997; la de 2007, en la elección intermedia 2009; y la reforma 2014 se puso a prueba elección intermedia de 2015.
Entonces señaló que si se hace una reforma esta debe hacerse bien, sin afectar la estabilidad política porque hoy día el país tiene muchos problemas pero la democracia no es uno de ellos, dijo.
Al final de su exposición destacó que “la construcción de la democracia fue el resultado de una apuesta histórica y de una gran, digámoslo así, confluencia de generaciones y generaciones de mexicanas y mexicanos, de muy distinta índole política, de muy distinta orientación, que creyeron en una cosa: que el voto de las y los ciudadanos fuera el que defina quién nos gobierna y nadie más”.
Añadió que la construcción y defensa de la democracia fue una acción colectiva.