Ciudad de México.La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) aseguró que la iglesia católica siempre ha “alzado la voz, ha trabajado por la paz” y “ha estado y estará preocupada por el bienestar de nuestro país”.

En el contexto del intercambio de señalamientos sobre el nivel de la violencia existente en el país a causa del crimen organizado, lo que fue detonado por el asesinato de dos integrantes de la Compañía de Jesús, en Cerocahui, Chihuahua, la CEM la jerarquía católica mexicana ha emitido 116 documentos por la paz, desde 1968 a la fecha, el último fue en conjunto con la Conferencia de Superiores Mayores de Religiosos de México y la Provincia Mexicana de la Compañía de Jesús, el pasado 4 de julio de este año, justamente dando a conocer, principalmente las jornadas de oración que se realizarán.

En el listado de escritos a favor de la paz están comunicados, cartas pastorales, declaraciones y mensajes. Todos esos llamados, la CEM, los enumeró en un documento PDF.

El primero es una carta pastoral cuyo título fue Sobre el Desarrollo e Integración del País (1968). También está un comunicado del 24 de mayo de 1993, emitido por la CEM tras el asesinato del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, ocurrido en ese día en el Aeropuerto Internacional de Guadalajara, presuntamente a causa de una ejecución realizada por sicarios que lo habrían confundido con el Chapo Guzmán.

También hay una declaración del Consejo de Presidencia de la CEM de marzo de 1998. El documento se denominó Es urgente apoyar todas las iniciativas encaminadas a promover la paz en Chiapas.

Con ello los obispos del país buscan dejar en claro que nunca han callado sobre los hechos de violencia en el país.

Aparte el Centro Católico Multimedial (CCM) destacó que desde 1990 a la fecha han sido asesinados en el país 67 sacerdotes y hay dos desaparecidos. Según el listado del CCM, entre 2007 y 2012 hubo 25 homicidios de sacerdotes, ese fue el sexenio en que se declaró la guerra al narcotráfico.

En lo que va de la actual administración federal enumera a siete religiosos. En 2019 el sacerdote José Guzmán Vega; en 2021, José Popoca Soto, Gumersindo Cortés González y fray Juan Antonio Orozco Alvarado. Este año fueron asesinados, José Guadalupe Rivas y los dos sacerdotes jesuitas: Javier Campos y Joaquín Mora.

Aparte, el cardenal Felipe Arizmendi consideró en su reflexión semanal que la violencia y las agresiones están en todas partes y situaciones, en las familias, en los medios y en las escuelas, y consideró que la clave para superar esa situación está en la educación.

Negó que los jerarcas y sacerdotes católicos estén planteando el uso de la fuerza para combatir a la delincuencia organizada. “Nosotros no apoyamos la violencia, estamos pidiendo que se detenga la que sufre el pueblo por culpa de grupos criminales que actúan con casi total libertad e impunidad”.

El también obispo emérito de la diócesis de San Cristóbal de las Casas, refirió que “todos nos quejamos de los demás, los culpamos de los males que pasan y no revisamos nuestra propia actitud (…) Cuando hay papás o abuelos que educan a los hijos y a los nietos para que no hagan daño a los demás, esos niños irán aprendiendo a vivir en sociedad, y a no perjudicar a los otros.

“Esa es la educación que muchos no han tenido en sus familias, y por ello crecen violentos, agresivos, destructores de vidas y de bienes ajenos. Y si no hay padres que enderecen lo que se va inclinando mal, y si no hay gobierno que ponga en su lugar a los violentos, la sociedad es un caos”.

También “maestras y maestros tienen una gran tarea, la de educar en valores que nos lleven a saber vivir en paz y armonía con la comunidad, respetando nuestras diferencias y aprendiendo a convivir con quienes son diferentes”.

Criticó que en muchos “medios informativos, sobresalen las notas rojas, porque son las que más se consumen y se venden. En las cámaras legislativas, resaltan ofensas y descalificaciones entre partidos políticos, como si ganara quien más insulta. Algunas autoridades civiles, como tienen periódicos, radio y televisión a su disposición, ofenden a todo aquel que piensa en forma diferente”.

Habló sobre la necesidad “revisar” las estrategias contra el crimen organizado, “asumir con humildad que algo puede estar no dando los resultados que se esperarían” y manifestó su desacuerdo en que desde el gobierno se culpe a los religiosos. “Nos achacan no habernos pronunciado antes sobre estos fenómenos”, lo que no consideró verdadero.