Como reconocimiento a la fructífera trayectoria de más de 30 años del caricaturista Antonio Helguera (1965-2021), “quien con su trazo inteligente, creativo y crítico contribuyó a una mejor reflexión política y social del país”, le fue otorgado de manera póstuma el sexto premio Gabriel Vargas 2021, que concede el Gobierno de la Ciudad de México, por conducto de la Secretaría de Cultura capitalina.

En el acto oficial, que se realizó ayer en el Museo del Estanquillo, el reconocimiento fue recibido por la periodista Alma Muñoz, esposa del caricaturista de La Jornada, quien estuvo acompañada por Claudia Curiel Icaza, titular de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México; los caricaturistas Rafael Barajas El Fisgón, Hernández y Bef, integrantes del comité de selección, así como por Rapé y Santiago de Henoc, director de dicho museo; en la ceremonia se leyeron los mensajes de los también caricaturistas Helio Flores, Patricio y Rocha, galardonado con ese premio en 2020. 

“Helguera habría estado muy contento de recibir el premio. Se habría presentado con una gran sonrisa, cotorreando con sus grandes cuates”, apuntó Alma Muñoz, “pues se trata de un reconocimiento a la crítica, a la sátira, al humor, a los caricaturistas de combate, como él, que se pronuncian contra los daños provocados por el modelo neoliberal, la corrupción, la impunidad, las injusticias, las violaciones a los derechos humanos.”

Es un reconocimiento, agregó la periodista, “para todos los que rechazamos las campañas producto de la miseria humana. Como Toni alguna vez dijo: ‘La derecha, por definición, es elitista, clasista, racista, y no mide consecuencias’”.

A un año de su fallecimiento, y transcurridas apenas unas horas del deceso, recordó Alma Muñoz, “arrancó una fuerte y cruel campaña en su contra basada en fake news que enfiló también sus baterías contra nuestra familia, contra mis hijos. Aún se mantiene, pero eso nos ha hecho más fuertes. Estamos muy orgullosos de Helguera, de ‘nuestro monero adoctrinador, de poses intelectuales y posturas ideológicas rancias’, como él se definió en Twitter.

Pero como dijera Toño en alguna entrevista, “somos parte de una colectividad combativa, que resiste cualquier embate. Nosotros nos consideramos gente de izquierda; nuestro trabajo está comprometido con las causas progresistas, con la defensa de los salarios y la libertad de expresión, porque se alcance la vida democrática.

“Pienso que con su trabajo contribuyó al cambio del país. Y para eso contó con el medio idóneo para publicar: La Jornada, y una escuela de grandes maestros, como Rius, Naranjo y El Fisgón, y excelentes compañeros, como los chamucos”.

De acuerdo con Muñoz, “Toño disfrutaba que lo llamaran ‘chayotero hambriado lambiscón lamebotas, palero acrítico del actual gobierno’... qué divertidas se daba. Así lo recordamos. Nos enseñó a ser fuertes y a sacar la casta, ciento por ciento de izquierda, cruzazulino hasta el final; nuestro querido ferrocarrilero”.

Gabinete de maravillas

Durante la entrega del reconocimiento póstumo, la titular de la Secretaría de Cultura capitalina adelantó que mañana a las 20 horas, en el Museo de la Ciudad de México, se inaugurará de manera formal una sala con el nombre de Antonio Helguera, así como la exposición titulada Gabinete de las maravillas de Antonio Helguera, que reunirá “retrato, ilustración y obra gráfica”.

En su mensaje videograbado, el maestro Helio Flores recordó que las conversaciones con Helguera siempre fueron interesantes, divertidas y generosas. Su postura ideológica y su visión de país, destacó, “siempre fue firme e inamovible, como su activismo, su ingenio y gran sentido del humor. Nos hace falta su trabajo, que concentraba todas esas cualidades, con calidad artística, que ni sus más acérrimos detractores podrían negarle”.

La intensa época política y social que nos toca vivir, continuó Helio Flores, “la que tanto anheló Toño y luchó desde la trinchera de su restirador y de su activismo, habría que imaginar las aportaciones con las que habría enriquecido, aún más, estas páginas vivas de nuestro querido México. Puedo imaginar sus finos sarcasmos, ante los embates de una oposición fantasmagórica, que invierte abundantes recursos económicos en personajes que parecen no tener capital intelectual, ni sensibilidad para impulsar absolutamente nada que beneficie al país. Es una gran pérdida la de Helguera, un profesional de primera línea”.

En su mensaje, Gonzalo Rocha recordó su amistad de más de 35 años con Helguera, desde la primaria y la secundaria; sus salidas a fiestas o a un café; la pasión que Helguera tenía por los trenes; los libros de literatura y periodismo que uno al otro se recomendaban; sus vivencias políticas y sociales compartidas, como el sismo de 1985, la solidaridad y el nacimiento de la sociedad civil, o la aparición del EZLN, así como el gusto que ambos tenían por el dibujo, que pudieron desarrollar en La Jornada. “Antonio no dejó de trabajar ni de crear ni un solo día, por lo que hoy recibe este merecido premio”.

El Fisgón destacó las cualidades de Helguera, “su inteligencia y gran sentido del humor, y aunque tenía fama de ser malhumorado y explosivo, todo el mundo lo quería mucho, porque era muy honesto y directo; tenía un sentido de la justicia muy profundo; tenía un don de gente, que sabía conectar de manera íntima con las personas. Helguera es heredero de grandes creadores, como Daniel Cabrera, Ernesto García Cabral, Helio Flores, Rius, Naranjo. Los caricaturistas suelen revelar su personalidad en su trabajo; sus cartones son elegantes, realistas y de complejas composiciones. Por todo ello, para el jurado fue evidente que Toño Helguera tenía que ser distinguido con el Premio a la Trayectoria de Caricatura Gabriel Vargas 2021”, explicó Barajas.

“Sus cartones van a dar de qué hablar durante muchas décadas”, dijo Rapé. “Los historiadores contarán con ese trabajo para narrar la situación política-social del país, de los pasados 40 años”.

Retahíla de “defectos”

Hernández explicó que, como parte del jurado, votó por Helguera “pensando que se trataba de Helguera el de los calendarios, pero luego ya me enteré que no era”, bromeó el caricaturista. “Aprovecho esta ocasión –dijo Hernández–, ya que todo mundo habla bien de él, para hablar mal de Helguera, de sus defectos”.

Uno sus “defectos”, dijo, “es que era irrespetuoso, no respetaba al Instituto Nacional Electoral, ni a su presidente, Lorenzo Córdoba. No respetaba a los ex presidentes del país, ni a los curas. Además, Helguera era muy mal hablado. Era tal su incapacidad para expresarse correctamente, que para hacerlo tenía que ser a través de dibujitos. Se juntaba con malas personas, como El Fisgón y Carlos Monsiváis. El colmo fue cuando se juntó con el señor López. En su cinismo, era muy flojo: se levantaba tarde, se la pasaba leyendo el periódico, hablando con sus amigotes y, para colmo, se ponía a hacer dibujitos”. Frente a esos “defectos”, concluyó Hernández, “un premio como éste, no hay duda de que lo merecía”.

Por su parte, Patricio y Bef, recordaron la amistad que los unió a Helguera.