
El arqueólogo Arnoldo González Cruz, quien dirigió los trabajos que descubrieron la cabeza estucada, señaló a La Jornada que la importancia de esta noticia radica en que se trata de un objeto único, pues en el área maya generalmente la figura del dios del maíz ha aparecido sólo representada en pintura mural, en escenas pintadas en vasos y platos cerámicos o también esgrafiada en este tipo de objetos. Foto INAH

Durante la exploración de la fachada sur de la Casa B de El Palacio, los expertos hallaron un estanque, dentro del cual se encontraba la cabeza de estuco y debajo de ella un depósito ritual quemado. Foto INAH

Los mayas llevaron a cabo un evento de clausura de lo que más adelante se comprobó que es un estanque con un sistema de drenaje sumamente sofisticado, explicó el arqueólogo Carlos Varela Scherrer. Foto INAH

Foto l estanque de piso y paredes estucadas, de casi un metro de ancho por tres metros de largo, aproximadamente.

De acuerdo con información del instituto, bajo una capa de tierra suelta emergieron la nariz y la boca semiabierta de la divinidad y, conforme avanzó la exploración, se constató que la escultura es el eje de una rica ofrenda. Foto INAH

Los arqueólogos detallan que la cabeza estucada –con una longitud y un ancho máximos de 45 y 16 centímetros, respectivamente, y 22 centímetros de altura– guardaba una orientación este-oeste, lo que simbolizaría el nacimiento de la planta del maíz con los primeros rayos del sol. Foto INAH

La restauradora Haydee Orea Magaña realiza la limpieza en seco de la cabeza de estuco del dios del maíz. Foto Cortesía Arnoldo González Cruz






