Este jueves, los integrantes de la Caravana por la Dignidad y la Conciencia Wixárika llegaron a la Ciudad de México, luego de un periplo de más de 900 kilómetros recorridos a pie a través de cuatro estados, para exigir al gobierno federal que resuelva el despojo de tierras del que fueron víctimas hace más de medio siglo.
La jornada de ayer empezó muy temprano. Antes de que aparecieran los primeros rayos de sol, a las 4:40 de la mañana, los habitantes de los pueblos de San Sebastián Teponahuaxtlán y Tuxpan de Bolaños salieron de las instalaciones que la comunidad otomí de San Jerónimo Acazulco puso a su disposición en La Marquesa, estado de México.
Puntuales, se organizaron en filas de dos personas, con las banderas de México y del pueblo wixárika al frente, y ocuparon el carril de extrema derecha de la autopista México-Toluca, resguardados por patrullas de la Guardia Nacional y la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, así como por una ambulancia del gobierno del estado de México y algunos vehículos particulares.
“Salimos en ayunas y sin tomar agua, pero estamos motivados porque ya no falta mucho para llegar”, detalló Óscar Hernández, comisariado de bienes comunales de San Sebastián Teponahuaxtlán, quien señaló que el cansancio y el sudor de los participantes en la movilización significaron también una ofrenda a la Madre Tierra o Tatei Yurienaka.
Pese al frío, la marcha avanzó a buen ritmo. La mayoría iba en silencio y se podía escuchar la música tradicional que alguien puso en una bocina y parecía animarlos durante su paso por la autopista, y luego por Constituyentes, Circuito Interior y Paseo de la Reforma.
A la marcha de los wixárikas se sumaron cerca de 30 pobladores de la comunidad indígena mazahua San Antonio de la Laguna, estado de México, quienes hicieron presencia para mostrar su solidaridad con los caminantes, pero también para exponer sus historias de abusos y despojos. “Nosotros venimos porque queremos solución de nuestras tierras. Son 310 hectáreas que les dotaron a nuestros abuelos en 1936 y entregaron en 1951”, y que fueron invadidas hace unos 60 años por personas ajenas al pueblo mazahua, algunas de origen mexicano, pero que viven en Estados Unidos, explicó Valentín Feliciano de Jesús, poblador de la localidad.
Seis horas y media después de iniciar la caminata de ayer, los indígenas llegaron al centro de la Ciudad de México, donde marcharon por Reforma e hicieron una conferencia de prensa en el Antimonumento a los 43. Ahí, reiteraron su petición de ser recibidos por el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Pernoctaron en el Parque del Mestizaje y este viernes acudirán a la Basílica de Guadalupe, donde realizarán una ceremonia de agradecimiento. Posteriormente se trasladarán a Palacio Nacional para dar una rueda de prensa a las 11 horas y definir el resto de su plan de acción.