En medio de los problemas de las cadenas de suministro y la intervención militar rusa en Ucrania, tener un vehículo ahora resulta más oneroso por la espiral inflacionaria en México.

El precio del seguro de coches se aceleró en los pasados 17 meses, tras una inflación de 0.75 por ciento en octubre de 2020, producto de la baja siniestralidad y de la baja movilidad por el confinamiento de los ciudadanos por la pandemia, a una tasa de 9.22 por ciento al cierre de marzo pasado.

En tanto, los trámites vehiculares son 6.82 por ciento más caros que hace 12 meses, según el índice nacional de precios al consumidor (INPC).

El estacionamiento, por su parte, tras dos meses de variación interanual negativa, en marzo subió 4.02 por ciento con respecto al mismo mes de 2021.

Lavado, engrasado y mantenimiento del automóvil es en promedio 7.4 por ciento más caro que hace un año.

Ante el encarecimiento de las materias primas que se utilizan para la fabricación de vehículos y de los cuellos de botella en las cadenas de suministro, la inflación en la parte automotriz, que estuvo por arriba de la general y de la canasta básica en 2021, la adquisición de vehículos se mantiene elevada en los primeros tres meses de 2022, a una tasa anual de 8.78 por ciento. En marzo de 2021 alcanzó una variación de 9.35 por ciento.

La industria automotriz aplicó aumentos de precios en sus unidades para enfrentar una parte de las repercusiones de los cuellos de botella.

Guillermo Rosales, presidente de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA), explicó que la inflación en la parte automotriz registró un incremento arriba de 9 por ciento, pero el aumento de precios se fue estabilizando.

“Lo anterior quiere decir que sigue habiendo incrementos mensuales; sin embargo, a una menor velocidad a la registrada en la primera parte de 2021. Estamos visualizando para este año que la tendencia será de ajustes menores en los precios; es decir, seguirá habiendo un incremento de precios pero una tasa menor a la que observamos el año pasado”, prevé Rosales.

La gasolina de alto octanaje registró una inflación de 34.47 por ciento en abril de 2021, la variación en marzo fue de 7.87 por ciento. Mientras que la de bajo octanaje, reportó una variación anual de 5.47 por ciento. Sin los subsidios a los energéticos, la inflación habría saltado más alto.