La historia del taller de esferas de la familia Cruz Vega empezó en Tlalpujahua, Michoacán, de donde son originarios. Llegaron a la Ciudad de México y poco a poco armaron este negocio en la alcaldía Xochimilco. Foto Luis Castillo
Los principales creadores de esferas son Ernestina y Pablo, los jefes de la familia. Foto Luis Castillo
Alrededor de 600 esferas se elaboran a diario desde marzo para venderlas en diciembre. Foto Luis Castillo
Padres, hijos, nueras y nietos ayudan en la elaboración de estos adornos. Foto Luis Castillo
Pablo realiza el soplido de la burbuja de vidrio. Foto Luis Castillo
Padre hijo Pablo se encargan de fundir y emplatar el vidrio, además de darle forma. Foto Luis Castillo
Para Ernestina el trabajo más difícil es el de diseñar y a ella corresponde platinarlas, pintarlas, ponerles casquillo y diamantina. Foto Luis Castillo
Los diseños son variados, desde las tradicionales nochebuenas, de colores, o de personajes. Foto Luis Castillo
Una vez están pintadas, se colocan ante una fuente de calor para que cada elemento en la decoración quede fijada durante el secado. Foto Luis Castillo
Los detalles en cada paso de la creación de esferas es manual. Debido a esto, los artesanos tienen llagas por el contacto con el cristal caliente que da forma a los adornos. Foto Luis Castillo
A pesar del éxito de la familia en este arte, Ernestina comenta que "si hubiera dinero contrataría gente y la producción sería mejor, pero no se gana mucho". Foto Luis Castillo