Aunque es un avance la modificación a la norma oficial mexicana (NOM) 001 de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), que establece los límites máximos permisi-bles de contaminantes en las descargas de aguas residuales en los cuerpos de agua –90 por ciento de ellos con algún grado de infición–, falta vigilancia e inspección sobre su cumplimiento y que la industria mejore sus procesos, señaló el especialista en riesgo ecológico, Omar Arellano.
Tan sólo hay 146 inspectores de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) para todo el país; hay dos para la cuenca Lerma Santiago Pacífico, que va del estado de México a Jalisco, una de las más contaminadas y donde hay centenares de industrias. A nivel nacional únicamente se hacen 12 visitas de inspección al día, según información de este organismo.
“Utilizan los ríos como drenajes”
Entre los ríos más contaminados se encentran Santiago, Atoyac, Coatzacoalcos, Silao, Champotón y Tula; “se observa un patrón de daño causado por las descargas de aguas residuales: utilizan los ríos como drenajes”, dijo por su parte Arellano, del departamento de Ecología y Recursos Naturales de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
La Semarnat informó que la NOM 001 ya está lista para su publicación en el Diario Oficial de la Federación. Se emitió en 1996 y nunca fue modificada, a pesar de que esto se debe hacer cada cinco años, indicó.
El sector empresarial ha expresado su molestia con la regulación, con el argumento de que no fueron consultados, de que hay violaciones a acuerdos internacionales y tendrán que modificar sus plantas de tratamiento de aguas residuales.
De acuerdo con Omar Arellano, quien participó en el proceso de elaboración de la norma, entre las novedades que incluye hay parámetros como la demanda química de oxigeno, color verdadero y toxicidad, así como niveles máximos permitidos en suelos kársticos, como los de Yucatán, que son altamente permeables.
Se busca reducir impacto en los ecosistemas
En entrevista, Arellano explicó que con esos parámetros en la norma, es posible dar cierta calificación de descarga a los cuerpos de agua, con lo cual se busca reducir su contribución en el impacto a los ecosistemas, como es la vida acuática.
Ejemplificó que con la versión anterior se permitía a la industria textil tener descargas con diferentes colores, según la actividad y esto tiene impacto en los organismos acuáticos, el agua en los cauces se ve azul, naranja o roja, lo cual altera la fotosíntesis. Ahora el factor de la coloración ya se medirá.
Explicó que con la norma toda-vía vigente se miden los patógenos, lo cual previene enfermedades gastrointestinales, pero ahora se busca proteger la vida de los organismos acuáticos, vertebrados e invertebrados. También se va a regular la temperatura y la composición orgánica.
Agregó que con la modificación a la norma se protegen los cuerpos de agua receptores; pero si se quieren restaurar los ríos se debe frenar la descarga de aguas residuales y además se necesita invertir en tecnología para su tratamiento.