A un año de ocurrida la balacera dentro del Bar Quito, “Karla y Cristopher siguen desaparecidos, por lo que vivimos en la incertidumbre y con angustia constante, pues las investigaciones han avanzado lentamente y las detenciones realizadas no han ayudado en su localización, como tampoco la recompensa ofrecida”, denunciaron familiares de los jóvenes.

En un ceremonia realizada afuera del lugar, ubicado en avenida Tezozomoc 220, colonia San Miguel Amantla, en Azcapotzalco, Itzel Monserrat Ramírez Murrieta, hermana de la joven de 20 años, comentó que desde el inicio de las indagatorias “ha habido muchas omisiones”.

Días después de la balacera ocurrida en la madrugada del 29 de agosto del año pasado, recibimos un video anónimo donde se ve a “mi hermana tirada bocabajo y Cristopher bocarriba afuera del bar, pero no supimos dónde y quiénes se los llevaron”, indicó.

La Fiscalía General de Justicia (FGJ), consideró, “tiene mucho trabajo, pero no le dieron importancia al video y tampoco han investigado por qué se voltearon las cámaras del C2 para dejar de enfocar el bar cuando la gente salía por los disparos”.

Confiamos en que con el ofrecimiento de 500 mil pesos a quienes dieran información sobre el paradero de mi hermana y Cristopher “lograríamos dar con su paradero, pero no ha sido así, por lo que pedimos a la sociedad su apoyo para ubicarlos”.

Desde hace un año, agregó, “iniciamos nuestra propia búsqueda y ha sido frustrante porque no los hemos encontrado, y la detención del dueño del lugar –Iván N, alias El Cartier– y otra persona –Diego N, alias El Didi– no es suficiente, porque “los queremos a ellos”.

Nataly Hernández, mamá de Cristopher –también de 20 años–, recordó que pese a que ese día se hicieron llamadas al 911, las patrullas “llegaron 25 minutos después, lo cual “nos ha generado muchas sospechas, que hemos expresado a las autoridades”.

Hasta el momento “no existe ningún avance para localizarlos, ni siquiera hemos recibido una llamada tras la publicación de la recompensa y nuestra vida se ha desmoronado ante la falta de indicios sobre su paradero”, señaló.

Con el apoyo del colectivo Hasta Encontrarles, donde hay familias que están pasando por esta misma situación, dijo, “hemos continuado con su búsqueda, sin éxito. Muchos nos critican por dejarlos ir en plena pandemia, pero con ella o no, no debieron desaparecer”.

Las autoridades sabían que estaba funcionando ese lugar y no hicieron nada, por eso “pedimos que si hay servidores públicos implicados, se les castigue, porque alguien debió retrasar la llegada de las patrullas o mover las cámaras de videovigilancia”, indicó.

Ambas mujeres exigieron a la FGJ agilizar las investigaciones, pues “ha pasado un año y ellos siguen desaparecidos”.