En materia de sexo existen aún muchos “tabúes” y la educación sexual tiende a ser “coitocentrista, al enfocarse en la penetración, la cual se ve como el fin último del sexo”; entonces, todo lo demás queda en una “segunda categoría”, incluido el placer femenino, señaló la doctora Lorena Olvera Moreno, integrante de la Federación Mexicana de Educación Sexual y Sexología (Femess).
En el contexto del Día Internacional del Orgasmo Femenino, que se conmemora hoy, la terapeuta sexual dijo a La Jornada que las ideas coitocentristas están alimentadas por el machismo, “porque antes se creía que era el hombre quien obtenía placer de los encuentros sexuales y la mujer era sólo un objeto pasivo para darle placer al hombre”. Aclaró que, a veces, “no es machismo con mala intención, sino por ignorancia, porque se espera que lo mismo que da placer a un hombre le tiene que dar placer a la mujer”.
Ahora “tenemos claro que las mujeres buscamos y vivimos el placer, pero lamentablemente la educación sexual en México es limitada y gran parte de la información viene de la pornografía, que se genera desde una perspectiva masculina. La mayoría de quienes están en las casas productoras –directores y cineastas de este medio– son hombres, que inyectan esa visión masculina a sus películas, donde todo se centra en la penetración y la eyaculación, y no en otras actividades”.
Hay que “romper con las ideas coitocentristas”, porque desde esa postura, “entre 70 a 80 por ciento de las mujeres no van a alcanzar el orgasmo con solo la penetración, pues el órgano que más placer da a las mujeres “es el clítoris y, en ocasiones, depende de la distancia que hay entre éste y la vagina; si es pequeña, durante la penetración puede estimularse indirectamente el clítoris, pero en el caso de algunas mujeres no se estimula”.
Destacó que el año pasado la doctora Fabiola Trejo, psicóloga social por la UNAM y especialista en placer sexual, realizó la primera encuesta sobre orgasmo femenino en Latinoamérica. Este ejercicio arrojó que 77 por ciento de las mujeres llegaban al éxtasis con la masturbación; en encuentros sexuales con pareja estable, 50 por ciento siempre lo alcanzaba y 25 por ciento a veces; mientras si la pareja era casual, lo tenían 22 por ciento de las veces. “Esto indica que la comunicación es la clave”.
En general, dijeron que las prácticas que les facilitaban el orgasmo eran la autoestimulación manual, además de acariciar y frotar los genitales.
La experta dejó en claro que “si no se incorpora la estimulación del clítoris, las mujeres no sienten orgasmos” y añadió que lo del punto G es un mito, ya que lo importante es una zona denominada “complejo clitouretrovaginal”.
Advirtió que ahora con las nuevas masculinidades, muchos hombres se obsesionan con dar orgasmos a las mujeres. Sin embargo, esto no debería ser una presión para el hombre, sino también para ellas, las que para “no afectar el ego de la pareja fingen orgasmos, (pues se ha identificado que) poco más de 80 por ciento han simulado el éxtasis sexual alguna vez en la vida”.
