Ciudad de México. El Banco de México (BdeM) mejoró su estimación de crecimiento económico del país para 2021 al pasarlo de 3.3 a 4.8 por ciento, igual que su pronóstico para 2022, el cual pasó de 2.6 a 3.3 por ciento.
Al presentar el informe trimestral, octubre-diciembre 2020, el banco central señaló que la revisión al alza es debido a un mejor desempeño económico en la parte final del año pasado y a una mayor previsión de crecimiento del sector industrial de Estados Unidos.
En este escenario central, el BdeM estima que la actividad económica recuperaría el nivel observado al cierre de 2019 hacia finales de 2022.
En el reporte el banco central destacó que el desempeño de la economía aún está sujeto a presentar altibajos, toda vez que la pandemia sigue en curso y la dinámica responderá al comportamiento diferenciado de los componentes de la demanda y de los sectores productivos.
Destacó que la recuperación de la economía continuó durante el cuarto trimestre de 2020, incluso a un ritmo ligeramente mayor que el esperado en el informe anterior. No obstante, la actividad económica se mantiene por debajo de su nivel previo a la emergencia sanitaria y enfrenta un entorno de alta incertidumbre.
Recordó que en febrero de 2021 se presentaron algunas interrupciones del suministro eléctrico y de gas natural en ciertos estados, principalmente del norte, asociadas al congelamiento de ductos de gas en Texas, lo cual ha afectado transitoriamente algunas actividades, sobre todo manufactureras.
En este sentido, el BdeM espera que, en el corto plazo, lo anterior tenga ciertos efectos adversos sobre la trayectoria de recuperación.
Al mismo tiempo, destacó también se han difundido noticias positivas sobre el desarrollo, producción y distribución de vacunas contra el Covid-19, lo que permite una perspectiva más favorable para el mediano plazo, aunque todavía se enfrentan retos importantes, entre ellos el proceso de vacunación y su efectividad.
Entre los riesgos que el banco central ve para el crecimiento del país destacó que se prolonguen las medidas de distanciamiento social o retrasos en la estrategia de vacunación, episodios adicionales de volatilidad y mayores estragos de la pandemia.
Otros más son que se baje la calificación de Pemex; incertidumbre interna que afecta la inversión que provoque la cancelación de proyectos o menor consumo o que no se logre un acuerdo entre gobierno y empresas en la regulación de subcontratación.