Ciudad de México. El supremacismo, corriente ligada a las extremas derechas, busca minimizar o contener los logros sustantivos de las luchas que pretenden democratizar a la sociedad, afirmó Haydée García Bravo, del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (CEIICH). Indicó que este fenómeno social se ha manifestado no sólo en Estados Unidos sino también en Alemania, Francia y otros países.
En la conferencia virtual Supremacismo y discursos de odio, expuso que en la toma del Capitolio de Estados Unidos, el 6 de enero pasado, hubo una representación, sobre todo de hombres, “antiinmigrantes, antifeministas, homófobos y, ahora en el contexto de la pandemia, antivacunas, que creen que son superiores a los demás”.
Añadió que el supremacismo “se basa en pensar que ellos tienen una posición por nacimiento, por el color de su piel y los valores que supuestamente abanderan”. Por ello señaló que se requiere desactivar esas ideas que se basan, sobre todo, en el miedo y desconocimiento del otro, en la incomprensión que producen discursos de odio los cuales buscan exterminar a quien es diferente.
El racismo, abundó, así como el supremacismo blanco y los discursos de odio se combaten con el conocimiento de los otros, apertura y educación, además del diálogo permanente para estar en igualdad de condiciones, a fin de establecer acuerdos mínimos tendentes a la convivencia social.
Marcos Agustín Cueva Perus, del Instituto de Investigaciones Sociales, recordó que el supremacismo no es exclusivo de Estados Unidos; se presenta en otras naciones. Pero quienes lo solapan son quienes dicen que la Unión Americana es la “nación indispensable” o “una nación excepcional”. “Detrás de ello está la idea de que nuestro vecino del norte está colocado por encima de los demás y está llamado a liderar”.
En cuanto a la situación de México, José Gandarilla Salgado, también del CEIICH, expuso que existen racismo y expresiones altamente discriminatorias, elementos sintomáticos de una nación que se niega a reconocer una estructura social altamente polarizada, y con una desigualdad económica considerable. Aquí, el proceso de discriminación atraviesa el orden institucional.