Alertan de la creación de bloques proteccionistas
Lunes 24 de noviembre de 2025, p. 28
Johannesburgo. Los dirigentes de algunas de las economías más importantes del mundo, el G-20, cerraron ayer en Sudáfrica su cumbre anual con una defensa al multilateralismo ante un mundo afectado por las políticas unilaterales de Estados Unidos, las guerras y las rivalidades geopolíticas.
“Vivimos no una transición, sino una ruptura”, reconoció el primer ministro canadiense, Mark Carney, en la última jornada de una reunión de dos días, que terminó ayer.
“Demasiados países se están replegando en bloques geopolíticos o en campos de batalla del proteccionismo”, advirtió. “En cada ruptura reside la responsabilidad de construir; la nostalgia no es una estrategia”, añadió el premier canadiense.
Por su parte, el mandatario brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, aseveró que su par estadunidense, Donald Trump, “trata de predicar el fin del multilateralismo, al querer imponer el unilateralismo. Creo que el primero triunfará”.
Los líderes de dos docenas de economías clave de todo el mundo, incluidos países de Europa, así como China, India, Japón, Turquía, Brasil y Australia, asistieron a la cumbre, la primera que se celebra en África.
El G-20 agrupa a 19 países, a los que se suma la Unión Europea y la Unión Africana. En total, sus participantes representan 85 por ciento del producto interno bruto mundial y unos dos tercios de la población.
El gobierno del presidente Trump rechazó participar en el evento, al argumentar que las prioridades de Sudáfrica, incluida la cooperación en comercio y clima, iban en contra de sus políticas, aunque mandó un delegado.
En un comunicado conjunto del G-20 el sábado, los líderes presentes declararon que se reunían “en un contexto de creciente competencia e inestabilidad geopolítica y geoeconómica, la intensificación de conflictos y guerras, profundización de la desigualdad, aumento de la incertidumbre económica mundial y la fragmentación”.
La organización benéfica Oxfam, con sede en Reino Unido, expuso que “Sudáfrica ha dado un ejemplo al mundo al asegurar que el G-20 se mantuviera firme y acordara colectivamente una declaración de líderes –con la defensa del multilateralismo– a pesar de la poderosa oposición”.
En el mismo sentido, varios líderes, incluidos Carney, el mandatario sudafricano, Cyril Ramaphosa, y el presidente Lula da Silva, enfatizaron que las economías emergentes están adquiriendo más importancia dentro del G-20.
“Si alguien pensó que podría debilitar el multilateralismo, estos eventos, tanto la Conferencia de la ONU sobre el cambio climático (que se celebró la semana pasada en Brasil), como aquí en Sudáfrica, demuestran que está más vivo que nunca”, resaltaron los dirigentes.
El final de un ciclo
No obstante, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, expresó el sábado que “el G-20 podría estar llegando al final de un ciclo”.
Estados Unidos debe tomar el relevo de Sudáfrica en la presidencia rotatoria del G-20. Sin embargo, la administración de Trump ya aclaró que quiere acotar la cumbre del año que viene en Miami a cuestiones de cooperación económica.
El G-20 se fundó a raíz de la crisis financiera asiática de 1997-1998 como un foro para impulsar la estabilidad económica y financiera mundial.
Con el tiempo, sus debates se han ampliado para cubrir también el cambio climático, el desarrollo sostenible, la salud global y los conflictos armados.












