Viernes 14 de noviembre de 2025, p. a11
Madrid. Cuando Luis Rubiales se encontraba presentando en Madrid su libro, Matar a Rubiales, con el que intenta limpiar su imagen después de la condena por agresión sexual y era presidente de la Real Federación Española de Futbol (RFEF), un sujeto con gorra, audífonos de gran tamaño y una bufanda sacó de su bolsillo tres huevos y se los lanzó a bocajarro al ex directivo español mientras le gritaba sin parar “sinvergüenza”.
Uno de los huevos se estrelló de lleno en su saco, otro más le ro-zó la cara y el tercero cayó al suelo sin alcanzar su objetivo. Unos minutos después el agresor fue detenido y trascendió su identidad, se trata de su tío Luis Rubén Rubiales, con quien mantiene desde hace años una disputa familiar en la que se entremezclan los favores económicos, las traiciones y la fractura interna que provocó en el círculo más íntimo de su propia familia.
El libro Matar a Rubiales, publicado por la editorial Última Línea, pretende reconstruir los días más aciagos para el ex presidente de la RFEF, después del triunfo en el Mundial femenino por parte de la selección española, en agosto del 2023, y cuando las jugadores celebraban el campeonato en el estadio de Sídney, donde se había celebrado la final frente a Inglaterra, Rubiales besó en la boca y por la fuerza a una de las capitanas, Jenni Hermoso, quien posteriormente lo denunció ante la justicia de su país.
El proceso fue expeditivo y resolvió condenar a Rubiales a un delito de agresión sexual, por el que tuvo que pagar una multa de más de 10 mil euros a la jugadora, si bien fue exonerado de los otros delitos de coacciones por lo que había sido procesado. Pero aquella sentencia, sobre todo el escándalo previo, provocó su salida de la presidencia de la RFEF y el escarnio público, convertido en una “vergüenza nacional” no sólo por el beso forzado, sino también por su modo de celebrar el triunfo de aquel partido, cuando se sujetó los genitales con las dos manos en gesto de “victoria” ante el equipo rival.
En la presentación en Madrid, a la cual acudieron los pocos amigos que todavía le quedan y medios de comunicación, Rubiales estaba respondiendo a las preguntas de los periodistas cuando de repen-te se levantó su tío de la silla en la que estaba sentado en la quinta fila y le arrojó los tres huevos.
El ex directivo español primero se dio la vuelta e intentó esquivar la agresión, pero segundos después se abalanzó sobre su propio familiar para intentar agredirlo también. Sin embargo, no llegó hasta él porque lo sujetaron personas del público y al agresor se lo llevaron fuera del salón en el que se presentaba el libro, para que unos minutos después fuera detenido por la policía española, que lo identificó como tío y familiar directo de Rubiales, al ser el hermano menor de su padre.
El propio Rubiales explicó minutos después que “suerte es que me han parado. No sé si tenía un arma o algo. He visto a una mujer embarazada con dos niños pequeños. He pensado en los menores. Si llego a cogerlo, estaríamos ahora en otra situación. Me he asustado mucho. Son amigos míos. Todos nos hemos criado juntos y me he asustado mucho. Que me tiren huevos me da igual”.
En el texto, Rubiales se refiere a la agresión sexual por la que fue condenado como “el besito” e insiste en su versión de que fue “consentido”, a pesar de que los tribunales ya concluyeron lo contrario.












