Lunes 3 de noviembre de 2025, p. 7
Madrid. Catherine Corcoran, la actriz cuya salvaje y brutal muerte en Terrifier (2016) ayudó a convertir la franquicia en un éxito, demandó a su director, Damien Leone, y a los productores de la película por incumplimiento de contrato, malas condiciones laborales y acoso sexual.
“Si no hubiera sido por la disposición de Corcoran a asumir un riesgo en esta producción y aceptar recibir su compensación al final, la serie no existiría, ya que de otro modo no podría haberse hecho con un presupuesto tan reducido. Cuando llegó el momento de pagar lo que se le debía, los productores eligieron engañarla. Esta injusticia debe ser reparada”, alega Devin McRae, abogado de Corcoran, en el texto de la demanda recogido por The Hollywood Reporter.
Según informa el medio, la demanda se presentó hace una semana en un tribunal federal de California, iniciando un proceso legal que evaluará si Corcoran no recibió la parte de beneficios que le correspondía. Asimismo, en el pleito también se alegan condiciones de trabajo extremas, incumplimiento del pacto de SAG-AFTRA y acoso sexual en el set por parte del productor Phil Falcone, quien la fotografió desnuda sin su consentimiento mientras se encontraba atrapada en una plataforma de efectos especiales.
El pleito argumenta que “la naturaleza de bajo presupuesto de la producción también se proyectó en las condiciones de trabajo en el set, incluyendo largas jornadas a temperatura bajo cero en edificios en ruinas, todos sin calefacción y algunos incluso sin baños. Los denominados ‘efectos prácticos’ que consiguieron que Terrifier fuese tan impactante en pantalla incluían que el director colocara sobre la piel de Corcoran prótesis con heces de rata reales y le tapara la boca con cinta adhesiva auténtica”, prosigue.
“Además, al crear el molde de silicona para el cuerpo de Corcoran, los productores de la película le exigieron tumbarse desnuda sobre un trozo de madera contrachapada mientras estaba cubierta con silicona líquida de secado rápido”, añade.
“Sin embargo, el proceso se realizó de manera incorrecta y la silicona se secó, pegando prácticamente a Corcoran a la madera contrachapada, lo que obligó a someterla a un largo y doloroso procedimiento para retirar la silicona de su cuerpo. Para empeorar la situación, Falcone tomó numerosas fotografías del cuerpo desnudo de Corcoran mientras permanecía pegada a la madera, sin su consentimiento”, sentencia el documento.
Corcoran afirma que tanto Leone como Falcone y otros integrantes del equipo han continuado lucrándose de la utilización no autorizada de su imagen desnuda para la venta de productos relacionados con la cinta.
Hasta el momento, la actriz afirma que únicamente ha percibido en pagos intermitentes menos de 8 mil 400 dólares por su papel en la franquicia del perturbador payaso asesino. El contrato de la actriz, que cobró 100 dólares al día por su participación en la cinta, estaba sujeto a las condiciones que el sindicato de actores de Hollywood (SAG-AFTRA) establece para producciones de muy bajo presupuesto y a un acuerdo de confidencialidad mutua. Esto la llevó a creer que recibiría un mayor beneficio si el filme, que costó 35 mil dólares, se convertía en un éxito.
Corcoran daba vida en la primera película de Terrifier a Dawn, la amiga de Tara Heyes, interpretada por Jenna Kanell.
El personaje de Corcoran era grotescamente desmembrado desde la entrepierna hasta el cráneo por el brutal payaso asesino mientras permanecía suspendida boca abajo. La demanda interpuesta por Corcoran, que incluye además a Leone, Falcone, a las productoras Dark Age Cinema y Fuzz on the Lens Productions y la marca registrada Art the Clown, detalla que para evitar la acumulación de sangre en su cabeza rodó la escena en intervalos de 40 segundos durante 10 horas, llegando a utilizar incluso, en ocasiones, una plataforma bajo su cuerpo para mantenerla en posición horizontal.
Según el diagnóstico de su médico, esto le causó a Corcoran una inflamación craneal y daños en el tímpano. Tras su lanzamiento, Terrifier se convirtió en una película de culto que acabaría generando dos secuelas con éxitos crecientes en la taquilla y ventas de productos.











