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Con altares y veladas en el panteón, Xoxocotlán mantiene viva la tradición
Enviada
Periódico La Jornada
Domingo 2 de noviembre de 2025, p. 3

Xoxocotlán, Oax., Cada 31 de octubre, cuando cae la noche, los habitantes de Xoxocotlán van hasta el panteón Antiguo con velas, comida y música para velar a sus muertos hasta el amanecer. La luz titilante de veladoras ilumina las tumbas adornadas con flores, fotografías y figuras de barro, mientras las familias conversan, comen y recuerdan a quienes ya no están.

Entre los sepulcros, Irma Medina Martínez cuida una de las tumbas más decoradas. Sobre las lápidas de su abuela Facunda, su tía Gloria y su bisabuela Rafaela, ha dispuesto pequeñas figuras de barro que recrean una boda –los novios, el sacerdote, los invitados bailando y los músicos.

“He juntado las figuras a lo largo de los años”, contó Irma Medina, quien se prepara para la vela desde días antes, cuando acude al panteón a barrer y limpiar la tumba. “El 31 traigo mis figuras, flores y veladoras”, comparte.

Su ritual consiste en permanecer en silencio a un costado de la tumba, mientras espera a otros familiares que, a lo largo de la noche, se acercan a compartir recuerdos y anécdotas de quienes ya no están.

A unos metros de donde se encuentra Irma, Catalino Córdova, de 79 años, vela a su abuela Luisa, mejor conocida entre los habitantes de esta región como La Catrina, porque siempre andaba arreglada, bien peinada y limpia, y usaba zapatillas de tacón cuadrado.

“Esta costumbre la tengo arraigada desde mi abuela. Cuando era niño, ella me traía a velar a mis bisabuelos”, recordó.

Además del retrato de Luisa, el elemento que más destaca entre el cempasúchil y las mazorcas de maíz, son dos perros xoloitzcuintles tallados en madera, que Catalino puso sobre la tumba. “Para nuestra cultura, ellos son los guías al inframundo”, relató.

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▲ El fulgor de las velas ilumina las tumbas adornadas con flores, fotos y figurillas de barro en el panteón Antiguo de Xoxocotlán, Oaxaca.Foto Sergio Hernández Vega

Mientras Córdova hace presencia en la tumba a su abuela, a su alrededor pasan extranjeros acompañados de guías turísticos que les explican la tradición de Xoxocotlán y los elementos representativos de la velada del 31 de octubre.

“Antes era algo más íntimo, pero no me molesta. Está bien compartir nuestras tradiciones y costumbres, aunque acompañar a nuestros muertos es más personal”, indica.

Mientras los habitantes velan a sus difuntos, desde la capilla a San Sebastián, ubicada dentro del panteón, se escuchan cantos fúnebres en latín, interpretados por jóvenes que, durante la representación de Semana Santa, personificaron a los 12 apóstoles de Jesús.

En otro sitio del panteón, Xóchitl Cruz vela a su abuelo, Pastor Matías, que en vida fue músico e integrante de la banda municipal de Xoxocotlán. Por eso, sobre la tumba, entre los pétalos de cempasúchil, sobresale la representación de una banda de viento hecha de barro.

“A él le gustaba mucho bailar e interpretar El guajolote”, recordó Xóchitl, quien cada año llega a las siete de la noche para limpiar y adornar la tumba. “A las dos de la mañana, cuando ya nos vamos, nos llevamos una de las velas encendidas hasta la casa, porque le alumbramos el camino para que llegue”.

Mientras en el interior del panteón Antiguo las familias velan a sus seres queridos, en la entrada del camposanto la banda de viento municipal interpreta sones como Pinotepa y La bruja, que se mezclan con el murmullo de conversaciones de quienes acuden a acompañar a sus muertos.