Jueves 25 de septiembre de 2025, p. 26
Nueva York. China presentó ayer sus primeros objetivos absolutos para reducir los gases que causan el calentamiento del planeta, un compromiso histórico del mayor contaminador del mundo, mientras Estados Unidos apuesta nuevamente por los combustibles fósiles y Europa muestra dificultades.
El anuncio fue realizado en video por el presidente Xi Jinping en el foro de la Organización de Naciones Unidas (ONU) en el que unos 120 países presentan sus planes para frenar el calentamiento global, que intensifica los desastres en todo el mundo, desde inundaciones en Pakistán hasta incendios forestales en España.
Según el nuevo plan, China reducirá las emisiones globales entre 7 y 10 por ciento para 2035, en relación con el año de las emisiones máximas del país, que se cree será 2025.
Analistas y expertos en ecología señalaron que, aunque la cifra absoluta pueda parecer modesta, Pekín tiene un historial de prometer poco y cumplir más, impulsada por su auge en tecnología verde que a la fecha le está retribuyendo mejores posiciones en el mercado internacional.
Washington, en contrasentido
Mientras Estados Unidos, bajo la presidencia de Donald Trump –quien calificó el cambio climático como una “estafa” ante la ONU un día antes–, impulsa el uso de los combustibles fósiles tanto en el país como en el extranjero.
“La transición verde y de bajo carbono es la tendencia de nuestro tiempo”, dijo Xi. “Mientras algunos países actúan en contra, la comunidad internacional debe mantenerse enfocada en la dirección correcta”.
China, responsable de casi 30 por ciento de las emisiones globales, había prometido alcanzar el pico de su producción de carbono antes de 2030 y lograr la neutralidad de generación de dióxido de carbono para 2060, sin haber establecido antes objetivos numéricos a corto plazo para la reducción total de emisiones.
La meta actual se respalda con compromisos para expandir la energía eólica y solar seis veces respecto a los niveles de 2020, aumentar drásticamente la superficie forestal y acelerar la producción de autos eléctricos, entre otros proyectos ecológicos.
La mayoría de los países ricos, históricamente los mayores contribuyentes al calentamiento global, alcanzaron su pico hace décadas pero aún carecen de planes creíbles para lograr la neutralidad de carbono para 2050.