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Genocidio en Palestina es un ejemplo del pavor y de la ignominia: Serrat

El cantautor dice que el mundo es hostil e insolidario y no le gusta // “Han pasado más de 500 días y sigue la misma historia cada vez más descarada”

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▲ El compositor Joan Manuel Serrat durante la entrega del Premio Cortes de la Real Isla de León, en reconocimiento a su destacada trayectoria artística y a su contribución a la cultura española.Foto Europa Press
Corresponsal
Periódico La Jornada
Jueves 25 de septiembre de 2025, p. 7

Madrid. El cantautor y poeta barcelonés Joan Manuel Serrat volvió a elevar la voz por la injusticia, como ha hecho la mayor parte de su vida. Y ahora lo hizo para denunciar el genocidio al que se está sometiendo al pueblo palestino, que “es un ejemplo del pavor, de la ignominia, de hasta dónde puede llegar la humanidad o la inhumanidad”. Tras recibir el Premio Cortes Real Isla de León, que le entrega la ciudad gaditana de San Fernando por su larga trayectoria, Serrat reconoció que el mundo actual le parece “hostil e insolidario” y que “no me gusta”.

A sus 82 años y retirado de los escenarios, que no de la música ni de la escritura, Serrat se prodiga sobre todo en actos públicos, muchos de ellos para rendirle homenaje a su larga carrera de artista y luchador activo por la libertad, la democracia y la justicia. Por eso viajó a la ciudad de San Fernando, en la provincia del sureste español de Cádiz, donde denunció lo que ocurre en la franja de Gaza: “Es de manual lo que está haciendo el gobierno actual de Israel en Palestina; bombardeando territorios, matando niños indiscriminadamente, atacando colas de hambre, tirándoles comida para matarlos luego con francotiradores o con bombardeos. Han pasado más de 500 días y sigue todavía la misma historia y cada día más descarada. Independientemente del horror que me produce lo que está sucediendo, no sé si me horroriza más la reacción del mundo que lo está mirando como esperando a que el árbitro pite el final y mientras tanto siguen muriendo y muriendo, y les van quitando el territorio y destruyendo sus pueblos. Evidentemente yo no soy en absoluto antisionista, pero sí soy absolutamente contrario al asesinato, al abuso de poder, y la injusticia y siempre me pondré a disposición de los maltratados”.

El autor de himnos de varias generaciones, como Mediterráneo, Lucía o Palabras de amor, añadió que “hay que insistir en hablar del genocidio que sufre día a día el pueblo palestino”, tras reconocer que “envejezco en paz, pero no resignado, porque los ciudadanos somos desgarrados testigos de unas atrocidades brutales que se están ejerciendo a nuestro alrededor, como el genocidio que sufre día a día el pueblo palestino sin que se produzcan unánimes y contundentes respuestas por parte de los gobiernos del mundo entero, especialmente de aquellos que se atribuyen el papel de garantes de la paz y de la libertad”. Por eso critico que se construyan “muros y alambradas para tratar de frenar a las personas que intentan huir en busca de una segunda oportunidad lejos de la guerra que afrontan sus países, pues se mueren de hambre, de enfermedades, de guerras que no han provocado ellos”. Además denunció la “dejadez ante el cambio climático”, al señalar que “resulta desalentador la dejadez con la que enfrentamos la catástrofe del cambio climático, provocado por la mano y la codicia del hombre y que por razones económicas se van aplazando las soluciones”.

De ahí que considerara que “nuestros representantes están adoptando posiciones que no ayudan a lo que necesita un sistema democrático que es sencillamente la tolerancia, escuchar al otro, la necesidad de saber quién puede hacer qué y qué está dispuesto a hacer quién. Porque aquí estamos festejando la libertad, pero también la democracia, que acompaña siempre a la libertad, que es de todos y para todos, no sólo para mí, sino también para él que piensa distinto de mí. La libertad que respeta el derecho ajeno, la libertad de la tolerancia y del diálogo y de la democracia. La libertad que, como afirmaba Manuel Azaña, no hace felices a los hombres, los hace sencillamente hombres”.

Estas reflexiones llevaron aSerrat a concluir un diagnóstico que le preocupa, la deriva que está tomando el mundo occidental, que mira para otro lado ante desastres como el Palestina. “Europa se ha convertido en un mercadillo, lejos de los valores de la Ilustración, del humanismo, de la justicia, de la fraternidad y que debe entender esta emergencia como de lo que el mundo occidental y colonizador es responsable”.

Pese a todo, fiel a su estilo socarrón e irónico, explicó: “cada día busco ropa de optimista que ponerme, pero últimamente no encuentro ropa de mi talla”.