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Familiares de víctimas mantienen la esperanza
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▲ Aunque en algunos casos los pronósticos no sean alentadores, mucha gente acude al hospital a expresar su solidaridad con los pacientes.Foto Jair Cabrera
 
Periódico La Jornada
Sábado 13 de septiembre de 2025, p. 24

Familiares de las víctimas de la explosión que se encuentran afuera de los hospitales en espera de noticias, y que reciben la solidaridad ciudadana, conservan la esperanza de que sus parientes sobrevivan, a pesar de los diagnósticos desalentadores que dan los médicos.

Manuel Pérez, de 29 años, narró cómo la tarde del miércoles, desde el teléfono de su madre, un hombre les llamó para avisarles lo ocurrido y les pidió que acudieran al Hospital General de Iztapalapa, donde la habían trasladado.

María Jaurrieta, de 59 años, sufrió quemaduras en 80 por ciento del cuerpo; pese a eso, logró bajar de la unidad del transporte público y caminar varios metros en busca de ayuda.

Tras la atención inicial, fue trasladada al Rubén Leñero, donde convalece por las quemaduras y afecciones en el corazón y vías respiratorias.

María es ama de casa y tenía la costumbre de visitar a su hija en la alcaldía Iztapalapa. El miércoles regresaba a su casa en el municipio de San Vicente Chicoloapan, estado de México, cuando ocurrió la explosión.

A unos metros de él, don Apolonio espera informes sobre la salud de su hijo Juan Carlos y de su nieto Juan Ángel, quienes regresaban de la Central de Abasto con la frutas y verduras que venden en Texcoco, ya que ambos son comerciantes.

Juan Carlos es padre de dos varones y una pequeña; el mayor, de 18 años, lo acompañaba para llevar los perecederos, pues desde hace tiempo atienden el negocio que le permite mantener a su familia.

A diferencia de su padre, que tiene quemaduras en 80 por ciento del cuerpo y está inconsciente en terapia intensiva, Juan Ángel está estable y va sanando, pero dijo a su abuelo que recuerda cómo sentía que la pipa se les venía encima; don Apolonio suplicó: “sólo le pido a Dios que mis hijos sobrevivan”.

Llevan insumos

Por otra parte, el apoyo de la gente fluía ayer afuera del nosocomio, donde mujeres, niños y hombres por igual repartían agua embotellada, comida y cobijas.

Hasta el Rubén Leñero, un grupo de mujeres acudió con gasas, vaselina, lidocaína en aerosol, guantes y cubrebocas con el fin de apoyar a los lesionados. Olga Baena, una de las promotoras, comentó que se hizo la colecta porque apoyar a las familias afectadas es una obligación tras la tragedia.