Borolas, espurio y vendepatrias // Vomita veneno en Washington // Calderón-Peña: deuda corrupta
a presidenta Claudia Sheinbaum lo definió en su exacta dimensión: además de espurio, Felipe Calderón Hinojosa es “traidor y vendepatrias”, un cipayo al servicio de los intereses de la Casa Blanca que “va a Estados Unidos a decir que el embajador de ese país en México debería haber intervenido para que no pasara la reforma al Poder Judicial”.
Resulta que Borolas, que cómodamente vive en Madrid arropado por la ultraderecha española (con el franquista José María Aznar a la cabeza), se aventó al ruedo para decir una sarta de sandeces, lo cual no es novedad, porque lo suyo es la mentira y el veneno. El susodicho fue a la Universidad de Georgetown, ubicada en la capital gringa, y ahí dictó una “conferencia” (El estado de la democracia en América), durante la cual vomitó todo tipo de estupideces e insultos.
La versión de parte de su exposición fue divulgada en la mañanera de ayer. Alguno de los asistentes a tal “conferencia” le preguntó si “¿podría Estados Unidos haber hecho más para salvar la democracia en México?” y Calderón se aventó al ruedo (se respeta sintaxis): “¿Dices, los estadunidenses? No lo sé, pero no quiero decir lo que los estadunidenses podrían hacer. Pero lo que es claramente es que este proceso de demolición, pasa –quiero decir, no sé si la expresión es correcta–, pero justo debajo de las narices del embajador estadunidense (en México), y estoy hablando de esto, no estoy hablando de esta administración. La ex administración. No lo sé, porque ese embajador simplemente no se dio cuenta de lo que estaba pasando exactamente, o simplemente ignoró, lo que es terrible. Pero déjame ser honesto (¡¡¡!!!) en esto. Creo que tal vez, hace una década o más, sabemos que la política exterior de Estados Unidos está mucho menos concentrada en la protección y defensa de los valores universales como en la democracia de los derechos humanos, y más orientado hacia el interés americano, que creo que es la lógica”. Esas y muchas más estupideces.
Y a la presidenta Sheinbaum se le revolvió el estómago: “¡Ya basta!”, dijo; “¿Sí le agarraron la onda? Está hablando de la reforma al Poder Judicial. Y entonces, fíjense la gravedad de lo que dice un ex Presidente. Ya saben que yo siempre le pongo el apellido ‘espurio’, porque llegó con un fraude electoral al gobierno de México. Es indignante, no tiene otra palabra. O sea, va a Estados Unidos y le preguntan: ‘¿Qué opina de la política exterior?’. Dice: ‘Imagínense, ¡¿cómo es posible que la reforma al Poder Judicial haya pasado por las narices del embajador estadunidense y no haya hecho nada?!!’

“¿Cuál es el peor momento de la historia de un embajador estadunidense interviniendo en México? El golpe de Estado a Madero, ¿no?, donde el embajador Wilson es el orquestador de ese golpe. Después viene un cambio en el gobierno de Estados Unidos y cambia la política. Pero Calderón, espurio, va a Estados Unidos a decirles que ‘el embajador de Estados Unidos debería haber intervenido en México para que no pasara la reforma al Poder Judicial’. O sea, aparte de espurio, ¿cómo le ponemos? Entreguista, vendepatrias.”
Pero no quedó ahí, porque la supuesta oposición ha criticado la ayuda financiera a Petróleos Mexicanos (sangrado impunemente por el régimen neoliberal), pero la presidenta Sheinbaum subrayó que el paquete presupuestal busca rescatar a Pemex “de la maldita deuda corrupta” de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, la cual se incrementó de 43 mil 300 millones de dólares en 2008 a 105 mil millones en 2018, es decir, un crecimiento de 143 por ciento en apenas una década, mientras la producción petrolera, y el resto de la industria, cayó vertiginosamente, la dejaron caer, siempre envueltos en la bandera de la privatización, que fue un rotundo fracaso. Y ésa fue una de las herencias negras que dejaron.
Y ese par, más unos cuantos de los anteriores inquilinos de Los Pinos, dejaron “una deuda irresponsable, corrupta que adquirieron Calderón y Peña a través de Pemex, y nos toca pagarla a nosotros en esta administración. Esa es la triste historia. ¿Podemos no pagar? No, no se puede no pagar; tenemos que hacerlo, son deudas a bancos, a fondos, etcétera. Y hay años en los que lamentablemente tenemos que pagar los intereses de la maldita deuda corrupta de Calderón y Peña”, a quienes los críticos de hoy aplaudieron como focas, pero hoy cuestionan la viabilidad de la principal empresa de la nación.
Las rebanadas del pastel
Lloran y chantajean los empresarios refresqueros por el aumento de la tasa fiscal aplicable a las bebidas que venden, como si fueran ellos, y no los consumidores, los que pagarán el incremento.
X: @cafevega