lo largo de mi vida he tenido el privilegio de servir a la clase trabajadora y al pueblo de México desde distintas trincheras, como senador de la República en fechas recientes y anteriormente tuve la responsabilidad de encabezar la Casa de Moneda de México. Hoy, desde el presente, desempeño con orgullo la representación como diputado federal, así como la dirigencia del Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos, Siderúrgicos y Similares de la República Mexicana; la Presidencia de la Confederación Internacional de Trabajadores (CIT), y la Presidencia Colegiada de la Asociación General de las y los Trabajadores (AGT). Esta experiencia me ha demostrado que las transformaciones profundas no se logran de un día para otro, sino que se construyen desde los cimientos, con paciencia, visión y la firme convicción de que todo cambio verdadero debe perdurar en el tiempo.
Hoy vivimos un momento complejo. El mundo enfrenta embates geopolíticos que sacuden las bases económicas y sociales, que ponen en riesgo la estabilidad laboral y amenazan conquistas históricas. México y su clase trabajadora no son ajenos a estas tensiones. El proteccionismo, los aranceles, los paros técnicos y las crisis globales se convierten en pruebas constantes que debemos enfrentar con organización, resistencia y solidaridad.
Por estas razones he decidido solicitar una licencia temporal a mi cargo de diputado federal. Quiero ser claro: no se trata de un retiro ni de un descanso. Es una decisión responsable que me permitirá llevar la voz de las y los trabajadores de México a escenarios internacionales donde se libra una parte importante de la lucha por la justicia social. En los próximos meses participaré en encuentros convocados por el Partido Socialista Obrero Español; los partidos laboristas de Francia y Reino Unido; en el Congreso Regional de IndustriALL Global Union, en Brasil, y en el Congreso Mundial en Australia, además de sostener reuniones de solidaridad con sindicatos hermanos, como la UGT de España, la CGT de Francia y UNITE de Inglaterra. México debe estar presente en esa batalla global, y mi compromiso es representarlo con dignidad.
Al mismo tiempo, no dejaré de lado la vida sindical en nuestro país. Haré visitas a diversas secciones mineras para informar de manera directa sobre el trabajo legislativo desarrollado en los últimos años y para seguir estrechando los lazos que mantienen vivo y combativo al Sindicato Minero. La fuerza de nuestra organización se sostiene en el contacto permanente con sus bases, en la transparencia y en la convicción de que nadie se queda atrás.
Paralelamente, dedico esfuerzos a la conclusión de un nuevo libro que analiza la situación política, económica y social de México, en contraste con experiencias internacionales de éxito. Es un esfuerzo de reflexión que busca contribuir al debate nacional e internacional, ofreciendo propuestas críticas y constructivas para que nuestro país avance hacia un modelo más justo y equitativo.
En el Congreso he presentado 10 iniciativas orientadas a fortalecer los derechos laborales y dignificar el trabajo. Desde garantizar dos días completos y remunerados de descanso por cada cinco laborados, hasta duplicar el aguinaldo anual; ampliar la licencia de paternidad; eliminar barreras lingüísticas para trabajadores indígenas; proteger la prima vacacional de impuestos; elevar las indemnizaciones por despido injustificado, y consolidar un diálogo social tripartito que democratice la política laboral, entre otras más. Todas estas propuestas reflejan una convicción política profunda: el trabajo digno es la base de un país con justicia social.
Este periodo de licencia temporal, entonces, no significa un alto en el camino, sino la continuidad de la lucha desde distintos frentes. Desde el ámbito internacional, desde las minas de México y desde el espacio del pensamiento crítico, seguiré trabajando con la misma entrega de siempre. La resistencia, la organización y la solidaridad son las herramientas que nos han permitido sobrevivir a tragedias, persecuciones y abusos, y son las que seguirán guiando nuestro andar colectivo.
Hoy, más que nunca, debemos alzar la voz. La unión estratégica, la solidaridad global y la voluntad de un pueblo trabajador serán los pilares para garantizar un futuro digno para todas y todos. Esa es la convicción que me acompaña y la razón por la que seguiré firme en esta batalla, donde la licencia no es una pausa, sino una nueva forma de seguir luchando.