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Es la mayor reducción de los últimos cinco sexenios
 
Periódico La Jornada
Jueves 14 de agosto de 2025, p. 17

La pobreza tuvo entre 2018 y 2024 su mayor caída de los últimos cinco sexenios, luego de un largo camino desde que se tienen registros relativamente comparables. Del 52.4 por ciento de la población mexicana en pobreza que dejó el sexenio de Carlos Salinas de Gortari (1988-1994), tres décadas después esta proporción se redujo a 29.6 por ciento.

Dicho de otra manera, se pasó de más de la mitad de los mexicanos en pobreza, a poco menos de un tercio.

Salvo en las administraciones de Ernesto Zedillo Ponce de León y de Felipe Calderón Hinojosa, en poca medida se han reducido las carencias de la población y que la ubican en situación de pobreza, que van desde restricción de alimentos, del acceso la vivienda hasta el vestido y otros servicios esenciales.

Antes de que se dieran a conocer ayer los resultados de pobreza, que el Banco Mundial usa para elaborar sus propias estadísticas, el organismo ya había expuesto que de 2018 a 2023 México había sido el país con la mayor reducción de la pobreza en América Latina y el Caribe, con alrededor de 7 por ciento, y también se ubicaba entre los primeros lugares del mundo (bit.ly/3JdHQdl).

La pobreza multidimensional había sido medida por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) desde 2008, pero el insumo para hacerlo, la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (Enigh), ha sido elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) desde 1984.

Luego de que con Carlos Salinas de Gortari la pobreza alcanzó a 52.4 por ciento de la población, la crisis desatada en el cambio de administración abonó a que en el sexenio de Ernesto Zedillo Ponce de León (1994-2000) aumentara a 53.6 por ciento, 1.2 puntos más.

Al concluir la administración de Vicente Fox Quesada (2000-2006), la pobreza llegó a 42.9 por ciento, una reducción de 10.7 puntos porcentuales. Una merma de tal dimensión no se había registrado en los años recientes, pero fue revertida en parte cuando Felipe Calderón Hinojosa ocupó la Presidencia del país.

Si bien en ese sexenio –como en el de Zedillo y el de Andrés Manuel López Obrador– se registraron crisis mundiales, en ningún otro cedió tanto la pobreza. El periodo de Calderón Hinojosa, que primero se publicitó como “el presidente del empleo”, concluyó con 45.5 por ciento de la población mexicana con alguna carencia social, un avance de 2.6 puntos porcentuales respecto a lo que dejó su predecesor.

Incluso durante la presidencia de Enrique Peña Nieto se registró una reducción de 3.6 puntos porcentuales respecto de lo que dejó Calderón Hinojosa, para terminar en 41.9 por ciento. Y, de acuerdo con los más recientes datos del Inegi, la administración de López Obrador –en la cual se universalizaron programas sociales y se promovió la recuperación del salario mínimo– concluyó con la disminución más importante de la pobreza de los últimos sexenios, de 12.3 puntos porcentuales.

De acuerdo con la metodología que en su momento usó el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social y ahora recupera el Inegi, se considera que una persona es pobre “si tiene al menos una carencia social (en los seis indicadores de rezago: educativo, de acceso a servicios de salud, a la seguridad social, calidad y espacios de la vivienda, servicios básicos en la vivienda y acceso a la alimentación) y su ingreso es insuficiente para adquirir bienes y servicios para satisfacer sus necesidades alimentarias y no alimentarias”.