Sanear la vida política, el reto
in duda alguna, la posibilidad de lograr un cambio en el sistema político nacional se ha convertido en el tema más socorrido de los últimos días porque es necesario, porque así lo demanda la mayoría de la población, pero sobre todo porque el actual no responde a las necesidades de una realidad que exige restaurar lo podrido.
Es verdad que entre los guardianes del neoliberalismo la hipocresía es un credo, pero no se nos debe olvidar que el cinismo rige en esa creencia y cuando por ejemplo se lee a uno de sus representantes más conspicuos, como Javier Laynez, que muy pronto dejará la Suprema Corte de Justicia de la Nación –afortunadamente–, se confirma hasta qué punto se prostituyeron las ideas más importantes de la vida política del país.
La 4T que ya, en cuando menos otras dos o tres ocasiones, ha tratado de darle una vida más digna a la política nacional, fracasó frente a las argucias de gente como Laynez –que un día será condenado, porque la población ya lo juzgó–, pero ahora tiene un plan a largo plazo donde se incluirán las voces y las ideas de todos quienes quieran participar.
Sanear la vida política del país es una obligación del gobierno actual y de todos los gobiernos que emanen de la transformación política, que hoy encabeza Claudia Sheinbaum. Será seguramente paso a paso como se efectúe el cambio y lo urgente tiene que ver con los dineros que emplea la población de México para mantener al sistema político actual en el que, para no ir más lejos, no cree.
Muchas encuestas admiten que hasta 85 por ciento la población del país está de acuerdo en reformar el sistema político y tiene a los políticos tan abajo en sus confianzas como tiene a los policías o a los mismos jueces. Devolver la dignidad al quehacer y a quienes se dedican a ejercerlo es mirar por el futuro de México.
Aunque aún no se sabe por dónde viene la reforma y ya ha sido atacada, es importante tener en cuenta que una de las partes más criticadas del sistema actual es su financiamiento. Tanto para el ex presidente López Obrador como para la presidenta Sheinbaum, el costo de las elecciones es inaceptable.
Es más, el dinero de la gente que se otorga a los partidos políticos y a los supuestos representantes de la población en las cámaras, como lo dijimos arriba, sirvió para prostituir el oficio y resta posibilidades a los gobiernos de realizar obras en beneficio de las mayorías.
Habrá que esperar al diseño de la propuesta para poder opinar al respecto, pero por lo pronto hay demandas muy claras de la población que no requieren de mayor análisis, ahí están, sólo requieren oídos y voluntad para significarse en la reforma, ojalá sean bien entendidas y no encuentren a ningún Laynez en el camino. Que así sea.
De pasadita
La ciudad, bueno, una parte importante de ella, se inundó. Desde luego se sabía que las lluvias serían torrenciales y que en una gran cantidad de calles y avenidas la basura que no recoge el sistema de limpia, la tierra que se ha venido acumulando por la desaparición del asfalto y la carencia de un plan de desazolve crearían, necesariamente, las inundaciones que hemos visto en los últimos días.
Hoy sabemos que las lluvias de igual o mayor intensidad caerán sobre esta metrópoli, ojalá que lo que ha pasado en estos últimos días sirva para que se realicen los trabajos necesarios para evitar los problemas que hasta en el Metro hemos resentido. Ojalá y así sea, y si no, pues nos aguantamos.