Alonso Ancira: impunidad sin fin // Defraudador, evasor, hampón // Altos Hornos de México, en el limbo

n el cuento de nunca acabar (se espera que esta obscena práctica concluya a partir del primero de septiembre con la llegada de los nuevos integrantes de la Suprema Corte de Justicia de la Nación), los hampones de cuello blanco gozan de cabal impunidad, y ejemplos sobran. Sólo hay que recordar historias como la de Ricardo Salinas Pliego, que acumula 16 años evadiendo al fisco; Germán Larrea, de Grupo México, que sin más reparte tóxicos por toda la República; Gastón Azcárraga Andrade, el de Mexicana de Aviación, que dejó en la calle a más de 8 mil trabajadores, y tantos otros, siempre al amparo de los autodenominados “impartidores de justicia”.
Lo anterior viene a colación porque ayer en Palacio Nacional se retomó uno de los casos más sonados en la historia “empresarial” reciente: el del magnate salinista Alonso Ancira Elizondo, prototipo del “hombre de negocios” ligado a las altas esferas del gobierno y su política privatizadora, quien entre sus prácticas defraudó a las instituciones del Estado (por ejemplo, Nacional Financiera y Petróleos Mexicanos; recuérdese el caso Agronitrogenados), se fugó a Israel, retornó sin problemas al país; fue asociado, en 2014, a la ilegal exportación de hierro a China, en aparente complicidad con Los caballeros templarios, por medio de Minera del Norte (de su propiedad); quebró Altos Hornos de México, dejó en la calle a cerca de 20 mil trabajadores, estafas por doquier y tantas otras historias dignas de un mafioso. Y a pesar de ello, sigue tan campante.
Dijo ayer la presidenta Claudia Sheinbaum: “No puede haber impunidad”, pero el problema es que la hay, y en qué proporción. Precisamente por la venta fraudulenta de Agronitrogenados a Pemex (en complicidad con Emilio Lozoya Austin) y acusado de participar en las coimas de Odebrecht, el gobierno de López Obrador lo metió a la cárcel, luego de ser extraditado de España, a donde huyó.
Para abandonar el Reclusorio Norte (en el que fue hospedado y donde permaneció apenas dos meses) firmó un “acuerdo reparatorio” con la Fiscalía General de la República, por medio del cual se “comprometió” a resarcir al erario 216.6 millones de dólares por la venta fraudulenta de Agronitrogenados. De incumplir, de “inmediato” retornaría al Reclusorio Norte para continuar con su proceso penal, pero ni pagó completo (menos de la mitad) ni retornó a prisión. Simplemente huyó a Estados Unidos (tiene doble nacionalidad), donde permanece sin problema alguno. Por si fuera poco, con él como presidente del consejo de administración de Altos Hornos de México (paraestatal que Carlos Salinas de Gortari prácticamente le regaló) dejó adeudos con Pemex, IMSS e Infonavit por alrededor de 5 mil millones de pesos.
Una joya del empresariado nacional (no la única, desde luego) que llegó a ser el zar de Coahuila (nada se movía sin su orden), que permanece impune y sin saldar el “acuerdo reparatorio”, mientras los trabajadores no han recibido un solo peso (de hecho, dejó de pagar salarios y prestaciones antes de la declaración formal de quiebra, amén de que un ejército de acreedores toca a la puerta de Altos Hornos), en una historia verdaderamente de terror.
La mandataria dijo que se mantiene el proceso legal en contra de Ancira. “La corrupción que provocó el cierre de Altos Hornos de México en realidad es terrible y ha afectado a muchísimos trabajadores. Este asunto está hoy en juicio (que se alarga y alarga sin avance real, en el limbo, pues). Se está por definir, por parte de la jueza que lleva el caso, el resarcimiento a los trabajadores, que es el primer lugar, y que así lo estamos pidiendo nosotros. Después, a los acreedores, para que después se pueda poner a subasta esta planta. Hay muchos interesados”.
Meses atrás, el Sindicato Minero, por medio de su dirigente, Napoleón Gómez Urrutia, propuso a la presidenta Sheinbaum analizar la creación de una cooperativa con participación de esa organización obrera, empresarios “con visión social” y gobierno federal, con el fin de rehabilitar Altos Hornos de México, recuperar las plazas laborales, reactivar la economía de Monclova (sede de la empresa) y pagar a los acreedores, pero esta alternativa también está en el limbo.
Entonces, impunidad hay y en proporciones escalofriantes.
Las rebanadas del pastel
¿Qué raro? Por un fraude de 216.6 millones de dólares, el Departamento de Justicia nunca acusó a Alonso Ancira (ciudadano estadunidense que mantiene intocado), pero ayer informó que dos empresarios mexicanos radicados en Texas sobornaron a funcionarios de Pemex (no da nombres) para obtener contratos por 2.5 millones. Entonces, ¿chantaje o realidad?
X: @cafevega