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Oro
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e ha dicho que el oro es un metal física y metafísicamente maleable. Ambas condiciones son relevantes en el mundo del dinero, de las mercancías y, también, de las ideas y los mitos. Con el tiempo, el oro se convirtió en un símbolo que se extiende por una larga línea que va desde la devoción hasta el poder, con varias estaciones intermedias. Uno de sus primeros usos fue para venerar y glorificar a dioses e ídolos, lo que ocurrió en distintas culturas desde la antigüedad. Se utilizó de modo extendido en la ornamentación de templos y en las ceremonias religiosas y fúnebres en diversos sistemas de creencias; también en la elaboración de joyas, como expresión de lujo y estatus social.

El oro es un metal relativamente escaso, que se funde a menores temperaturas que otros y es más propicio para cumplir funciones como instrumento para el intercambio comercial y, también, como medio de atesoramiento.

Se considera que las monedas de oro fueron creadas por el rey Creso de Lidia (en lo que es hoy Turquía occidental) alrededor del año 550 aC. Tales monedas circularon como una forma de reserva de valor para el intercambio, antes de la introducción del papel moneda, cuyos orígenes pueden rastrearse a la antigua China, a Cartago y el Imperio Romano hace más de 2 mil años, en la forma de notas de pago o lo que conocemos como un pagaré.

El dinero en la forma de notas bancarias surgió en el siglo VII como recibos de depósito emitidos especialmente por los orfebres, lo que permitía a los mercaderes viajar sin grandes cantidades de monedas de oro a cuestas. En 1661 aparecieron las primeras notas bancarias emitidas en Suecia. En 1853 surgieron las notas emitidas en el Reino Unido con denominaciones fijas que no requerían ya de una firma para expresar su autenticidad.

El patrón oro es un sistema monetario en el cual el valor de la moneda de un país se liga directamente con el oro; los gobiernos que emiten el dinero admiten convertir el papel moneda en una cantidad determinada de oro, que es lo que sostiene su valor en las transacciones de deuda. El oro tiene un precio oficial al cual se compra y se vende. El patrón oro se desechó en Estados Unidos en 1933 y como base del sistema financiero internacional en 1971.

El papel moneda evolucionó hasta convertirse en una forma de dinero fiduciario, que es aceptado como medio de cambio con base en la confianza que se establece entre el que paga y quien recibe el pago. Esa confianza puede derivar de distintas fuentes, como es el caso hoy del dinero emitido por el banco central, una de cuyas funciones es, esencialmente, mantener constante su valor, es decir, controlar la inflación, que reduce el poder de compra del dinero. El dinero fiduciario o dinero fiat (del latín “hágase”) no tiene valor propio y no representa nada de valor, como sí ocurre con el oro. El gobierno estipula que el papel moneda es de curso legal para hacer transacciones y para pagar impuestos, cuestión ésta que es relevante en términos fiscales y políticos.

En cierto modo, un patrón oro consigue estabilizar el valor del dinero y controlar la expansión del crédito, que está sujeta a las reservas de oro disponibles. Hoy no hay un control efectivo de la expansión del crédito, lo que hace al sistema monetario proclive a los excesos y a las crisis, como ocurrió en 2008. El oro persiste como un instrumento financiero de protección; curioso asiento de un sistema monetario complejo. El asunto se ha puesto de relieve con el impulso de las criptomonedas; de alguna manera, el bitcóin reproduce en su funcionamiento al oro, con un componente altamente especulativo.

La inversión en oro se considera una cobertura eficaz en contra de la inflación. Hay un componente sicológico observable en la demanda de oro, la cual crece ante episodios de incertidumbre que pueden derivar en una recesión económica o, de plano, en una crisis. Hoy, la posibilidad de tal escenario está planteada abiertamente en la economía mundial y ha derivado en una subida del precio de la onza de oro desde septiembre de 2024 de 2 mil 478 dólares hasta 3 mil 400 dólares en los últimos días. Invertir en oro puede hacerse comprando físicamente piezas del metal en monedas; se pueden comprar acciones en fondos de inversión especializados y con otros tipos de operaciones como son los contratos de futuros.

La imposición reciente de una tarifa a la importación de oro en Estados Unidos ha afectado principalmente a Suiza. Ese país es el más grande refinador de oro del mundo (70 por ciento del oro producido). El asunto se vincula con la revaluación de las reservas de oro de Estados Unidos en la medida en que sube su precio.

Según una nota de la Reserva Federal fechada el primero de agosto pasado, la revaluación de las reservas de oro permitiría financiar un gasto adicional sin subir impuestos ni la deuda pública. Esto significa un cambio en el precio actual de 42.2 dólares por onza fijado de manera estatutaria en 1973, de los 261.5 millones de onzas en la reserva, es decir, un valor del orden de 11 mil millones de dólares. Éste pasaría aproximadamente a 757 mil millones, según el precio actual de mercado. Ésta no es una operación usual; el documento asienta que en los pasados 30 años sólo cinco países han optado por ella, entre ellos Italia y Alemania. En todo caso hay una serie de condiciones relevantes en un proceso de revaloración como éste y su impacto en la política monetaria.

Los avatares del oro dicen mucho de la relación de la sociedad con el dinero.