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“No me gusta actuar, sino vivir mis personajes”; Ana Martín recibe galardón en Guanajuato

El Festival Internacional de Cine de esa entidad rindió homenaje a la actriz, quien dio una conferencia magistral

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▲ La actriz Ana Martín en el Homenaje Nacional, en Irapuato, Guanajuato.Foto cortesía del festival
 
Periódico La Jornada
Lunes 11 de agosto de 2025, p. 8

Actriz entrañable y auténtica, Ana Martín se ha ganado un lugar en el corazón de los mexicanos con su talento que ha dejado huella desde hace más de seis décadas en el mundo del cine y los melodramas; trayectoria que el Festival Internacional de Cine Guanajuato (GIFF) reconoce con respeto y admiración a través de su Homenaje Nacional en Irapuato.

El festival informó que tras recibir la Cruz de Plata de Más Cine del GIFF y la Medalla Filmoteca de la UNAM, como reconocimiento a su carrera artística, la actriz participó en una conferencia magistral en donde explicó que su nombre real es Beatriz del Socorro Martínez Solórzano: “Llevo el nombre de mi abuela paterna. Cuando me inicié en el semillero de los artistas, Evangelina Elizondo me dijo ‘ese nombre es muy largo, ¿por qué no te pones Ana como mi hija?’ Y Ana Martínez no suena muy alto, mejor Ana Martín. Y entonces me quedé Ana Martín”.

Recordando con mucho cariño a su padre, el famoso comediante Jesús Martínez Palillo, compartió lo que aprendió de él para fortalecer su profesión como actriz, aunque al inicio de su trayectoria decidió que no se le relacionara: “Sí me costó mucho más trabajo, pero fui también teniendo tropiezos, éxitos, tropiezos, éxitos. Bueno o malo, la carrera la hice y, si hoy lo menciono a él, es porque ya son 60 años de carrera y al final de cuentas me siento muy, muy orgullosa de haber sido la hija de don Jesús Martínez Palillo, el cómico político más importante de este país”.

Con 79 años, Ana Martín enfatizó que no le gusta actuar, sino vivir sus personajes. Puso de ejemplo los dos años que le tomó prepararse para su protagónico en el melodrama El pecado de Oyuki (1988) y destacó que este trabajo no se hace solo. “Me siento muy orgullosa de haber pertenecido a tantos equipos tan maravillosos. También me han tocado algunos ‘arrocitos negros’, alguno que otro ‘churrito’ como decimos en México, pero es cuando no se habla de equipo”, declaró. “Sí, he luchado siempre por estar y tratar en este tipo de equipos–los maravillosos– porque mi gran pasión es mi carrera y el amor del público”.

Para Ana Martín no existe un cambio generacional, más bien “es de era”. Apunta que cree mucho en la familia, en el amor y en la amistad. También en hablar con los jóvenes, no en aconsejarlos porque “no les gustan los consejos” y por ello apoya mucho a la juventud, a la cual le cuenta que jamás consumió ningún tipo de droga. Incluso confiesa que le gusta la música de Bad Bunny y Peso Pluma, además de no apenarse en contar que ha tomado terapia y cómo eso le ayudó mucho a su salud mental y al amor propio.

Mencionó que Gabriel y Gabriela (1982) significó mucho para ella, no sólo por la admiración y el cariño del público que sumó, por el cual hasta grabó un disco sin ser cantante, también porque durante esa etapa aprendió, gracias a José El Perro Estrada, a ser consciente de su edad y arrancarse el ego.

Antes de responder a preguntas del público, la actriz recordó que en algún momento surgió el rumor acerca de su orientación sexual, sobre lo que subrayó: “No me gustan las etiquetas, creo en el amor, como dicen, internacional, no hay problema. Somos seres humanos y podemos amar a quien queramos amar. Lo que no me gusta es mentirle al público. Si me gustaran las mujeres diría: ‘¿saben qué? a mí me gustan las mujeres. Eso sí, nunca diría su nombre. Pero no, no me gustan”.