Editorial
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Pemex: presente y futuro
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a presidenta Claudia Sheinbaum Pardo presentó ayer la Estrategia Integral de Capitalización y Financiamiento de Petróleos Mexicanos (Pemex), con la que su gobierno da continuidad a las políticas de rescate de la empresa iniciadas por su antecesor, Andrés Manuel López Obrador, y va más allá, con una visión estratégica de presente y futuro para la petrolera.

En su conferencia de prensa matutina, la mandataria estuvo acompañada por los titulares de Pemex, Víctor Rodríguez Padilla; de las secretarías de Hacienda y Crédito Público y de Energía, Édgar Amador Zamora y Luz Elena González Escobar, respectivamente, así como de otros funcionarios de las instancias coordinadas para poner en pie a la empresa más grande de México.

En su comparecencia, González Escobar destacó la claridad de objetivos del plan: estabilizar la producción en 1.8 millones de barriles de petróleo diarios; aumentar la producción de petrolíferos de alto valor como gasolinas, diésel y turbosina; relanzar la industria petroquímica e incrementar la producción de fertilizantes; reducir los costos de operación con adecuaciones logísticas; incrementar la producción de gas natural; explorar nuevos yacimientos con manejos sustentables; impulsar las energías verdes y garantizar la justicia social con proyectos que integren a las comunidades locales.

Rodríguez Padilla ahondó en el aspecto de trascender los hidrocarburos, al señalar que, con el tiempo, Pemex encabezará la transición energética nacional al centrar sus negocios en las fuentes renovables de energía.

Por su parte, Édgar Amador Zamora resumió el propósito de la compleja estrategia financiera en disminuir la concentración de la deuda de corto plazo, estabilizar las finanzas de la petrolera y recuperar su grado de inversión mediante cuatro vías de financiamiento.

En suma, como resaltó la presidenta Sheinbaum, la meta es consolidar a Pemex como una empresa fuerte, moderna y rentable, con capacidad de cumplir con sus compromisos y contribuir al desarrollo nacional.

Más allá de los aspectos técnicos del plan que se dio a conocer tras siete meses de preparación, cabe notar que tanto el titular de la SHCP como la de Sener fijaron 2027 como el año en que Pemex contará con un balance operativo y contable positivo para cumplir con sus compromisos sin apoyo directo del gobierno federal.

Sin duda se trata de una misión ambiciosa al considerar que la compañía todavía está lejos de superar el desmantelamiento y saqueo sistemático a que fue sometida durante tres décadas de gobiernos neoliberales. La desfinanciación, la fragmentación, la corrupción, la firma de contratos leoninos a favor de la iniciativa privada, el enquistamiento de un liderazgo sindical depredador y antidemocrático, la permisividad ante las diversas modalidades de huachicol y otras lacras heredadas de las administraciones pro oligárquicas convirtieron a Pemex en un cascarón administrativo disfuncional, endeudado hasta la inviabilidad y desprovisto de los recursos institucionales, humanos, tecnológicos y económicos para cumplir su función como vital palanca del desarrollo nacional.

Pese a todos los esfuerzos neoliberales para descarrilarla, Pemex sigue siendo la mayor empresa del país y la que más recursos aporta a las arcas públicas: no sólo representa 7 por ciento de los ingresos tributarios totales, sino que entrega al Estado casi cinco veces más que la mayor firma privada. Por historia, por soberanía, por el valor estratégico de Pemex, así como por su capacidad para fomentar el desarrollo de México y su salto hacia una nueva matriz energética, debe saludarse la Estrategia Integral para la empresa y desearle el mayor éxito.