Trump, el negociador y embaucador
a realidad es necia y la racionalidad, que trata de explicar el mundo a partir de la lógica, es sólo un juego de posibilidades que suelen fallar. A pesar de todos los cálculos y pronósticos, Donald Trump continúa su carrera destructora y avasalladora, con miras a dominar el mundo y convertirlo a su imagen y semejanza. Es el bruto que impone su fuerza de una y otra manera, aunque la racionalidad, la cordura y la justicia estén del lado de sus contrincantes. Los economistas Paul Krugman y Lawrence Summers coincidieron en que, a pesar de sus logros en materia arancelaria, Trump pudiera fracasar en su intento de dominar al mundo. Doblegó a Inglaterra, Japón y a la Unión Europea, pero, hay una gran posibilidad de que los aranceles se vuelvan en su contra por el efecto inflacionario y los daños que causen al comercio y la industria en Estados Unidos.
Lo que Trump ha impuesto es su salvaje forma de negociar. Sabía que la vara fijada en materia de aranceles era un artificio para negociar. La revista The Economist lo explica en términos sencillos: El acuerdo con la Unión Europea no tiene precedente; las exportaciones a Estados Unidos tendrán una tarifa de 15 por ciento, menor al 30 con que Trump había amenazado, pero será 10 veces más alta que la existente antes del acuerdo
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Conclusión: Trump se salió con la suya, aumentó el arancel y ganó el aplauso de sus seguidores, y ya envalentonado, despidió a la responsable del departamento de estadísticas laborales porque no le gustó la información en torno al decrecimiento en el empleo. Desde hace más de 100 años, las estadísticas elaboradas por ese departamento han dado cuenta del estado de la economía en Estados Unidos y ha normado la forma en que impactará al mundo entero. Acorde con su estilo, el mensajero es el culpable.
Por lo anterior, en el complejo contexto de la negociación arancelaria entre México y Estados Unidos, introducir la discusión sobre las insuficiencias en materia política ayuda en poco o nada a entenderla. Si se quiere hablar de política interna, habría que decir que el presupuesto del gobierno de Trump erosionará el bienestar de la sociedad y aumentará la pobreza y la desigualdad en los sectores más desprotegidos. En cambio, el gobierno de México, a pesar de sus yerros, ha logrado abatir la pobreza, según datos del Inegi. Nadie puede estar satisfecho con la pobreza que prevalece en nuestro país, pero al menos, se intenta equilibrar el terreno entre los que tienen todo y los que carecen de lo más elemental.