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Refuta estudio dominio de los machos entre primates
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▲ Científicos descubrieron que los enfrentamientos entre individuos de sexos opuestos son mucho más frecuentes de lo que se imaginaba.Foto Afp
 
Periódico La Jornada
Martes 8 de julio de 2025, p. 6

París. Un estudio publicado ayer refuta la idea de una dominancia masculina ampliamente extendida entre los primates, lo que ofrece una visión mucho más matizada de las relaciones entre sexos opuestos en monos y lémures.

Durante mucho tiempo mantuvimos una visión completamente binaria sobre la cuestión: se pensaba que una especie estaba dominada por machos o por hembras, y que era un rasgo fijo. Recientemente, esta idea ha sido cuestionada por estudios que han mostrado que es mucho más complicado, explica a Afp la primatóloga Elise Huchard, primera autora del estudio publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences.

Apenas estamos empezando a preguntarnos sobre los factores que influyen en esta flexibilidad, como la demografía del grupo o la proporción macho/hembra, señala la investigadora del CNRS, que trabaja en la Universidad de Montpellier.

Con colegas franceses y alemanes, esta especialista en babuinos chacmas exploró la literatura científica en busca de interacciones susceptibles de revelar una relación jerárquica entre primates: agresión, amenazas o comportamientos ritualizados de dominación-sumisión, como cuando un individuo se aparta espontáneamente del camino de otro.

Un trabajo de hormiga de cinco años les permitió recopilar datos de 253 poblaciones que representan 121 especies (lémures, monos, tarseros, loris...).

Los expertos descubrieron que los enfrentamientos entre individuos de sexos opuestos son mucho más frecuentes de lo que se imaginaba: en promedio, más de la mitad de estas interacciones en un grupo implican a una hembra y un macho.

El poderío de los machos sobre las hembras, que se traduce en más de 90 por ciento de los enfrentamientos ganados, un rasgo habitual entre babuinos y chimpancés, sólo se observa en 17 por ciento de los casos observados.

La dominación femenina fue observada en 13 por ciento de los casos, incluidos lemures y bonobos.

En la gran mayoría de las especies, los enfrentamientos podían ser ganados tanto por los machos como por las hembras.

Control reproductivo

En los casos en los que la dominación masculina es especialmente relevante, ese poderío se observa sobre todo en las especies en las que estos machos tienen una clara superioridad física, ya sea porque son más grandes o porque tienen caninos más desarrollados.

O también en especies terrestres, donde las hembras tienen menos facilidad para huir o esconderse en comparación con las que viven en los árboles. En cambio, las hembras tienden a dominar en las sociedades donde ejercen un fuerte control sobre la reproducción.

Las hembras de babuinos, por ejemplo, tienen una tumescencia que aumenta durante la ovulación. Durante este periodo de unos pocos días, el macho custodia a la hembra, siguiéndola para asegurarse de que ningún otro competidor se aparee con ella.

En los bonobos, esta inflamación de los tejidos no es evidente, explica Huchard.

Los machos nunca saben cuándo están ovulando (las hembras). Por lo tanto, ellas pueden aparearse con quien quieran y cuando quieran mucho más fácilmente. Esto les otorga mucho más poder sobre los machos.

La dominancia de las hembras también es más frecuente donde existe una feroz competencia entre ellas, particularmente cuando el macho cuida de las crías.

Monopolizarlo se convierte entonces en un gran desafío, detalla la investigadora.

En estas sociedades, las hembras suelen ser solitarias o sólo aceptan la presencia de un macho a su lado.

Con ello, surge una monogamia muy vinculada a la dominancia de las hembras.